viernes, 12 de julio de 2013

La Tradición Dashnam Sannyas

por Mahamandaleshwar Swami Nityananda Saraswati [1]

Las órdenes monásticas de ascetas en la India son prehistóricas y están bien establecidas. La mayor, más antigua y más efectiva de estas órdenes monásticas, llamada Dashnam Sampraday, ha desempeñado un rol importante en la historia espiritual de la India. Dashnam, que significa “diez nombres”, es la tradición de sannyasins que, renunciando a los deseos mundanos, dedican sus vidas al servicio de Dios.

Hay diez órdenes: Giri, Parvat, Sagar, Puri, Bharati, Saraswati, Van, Aranya, Tirth y Ashram. Un buscador es sometido a un intenso rigor para volverse un sannyasi o renunciante. Tras la iniciación, el sannyasi recibe de su Guru uno de estos diez nombres, que es el mismo de la orden a la que el mismo Guru pertenece.


lunes, 28 de enero de 2013

Prefacio – por Mahamandaleshwar Swami Vishweshwaranand Giri


En la era prehistórica no se acostumbraba escribir libros. Se enseñaba y aprendía por medio de hablar y escuchar. Esto era conocido como la tradición guru-discípulo. Los sabios en nuestra antigua religión védica pertenecían a esta noble tradición, y seguían esta práctica con fe. Es por esto que uno de los nombres de los Vedas es shruti, aquello que es escuchado.

Con el correr del tiempo, la práctica de escuchar se volvió la de anotar; nadie es capaz de especificar con precisión cuándo ocurrió esto. Pero una cosa es cierta: los libros como los Vedas, los Brahma Sutras, las Upanishads, la Gita, fueron escritos cerca de cinco mil años atrás.

Prefacio – por Mahamandaleshwar Swami Nityanand Saraswati

Es un gran honor y privilegio presentar la traducción al inglés de la serie de disertaciones sobre el séptimo capítulo de la Bhagavad Gita, escritos por el sabio erudito Mahamandaleshwar Swami Maheshwaranand Giriji, quien dejó su cuerpo en 1971, y sigue siendo profundamente reverenciado y respetado incluso hoy día.

Todos los días,  dos importantes actividades tienen lugar en los ashrams de India. La mañana incluye swadhyaya, el momento en el que un monje enseña las escrituras. Al finalizar el día hay satsang, durante el cual un swami enseña durante una hora, antes del arati vespertino y el Shiv Mahimnah.

Durante su estadía en el Sannyas ashram en Mumbai, en los satsangs de la tarde, Swami Maheshwaranand habló sobre el séptimo capítulo de la Bhagavad Gita. Estos discursos vespertinos fueron compilados en un libro en hindi conocido como Pravachan Sudha, y aquí reproducido en inglés como Nectar of Discourses.

Invocación

Pravacana-sudhā

El néctar de las disertaciones sobre el séptimo capítulo de la Gītā

Que este Pravacana-sudhā repleto de ejemplos de escrituras destruya la ignorancia de la gente y cree abundancia de alegría.

Invocación


¡Que el Sol, el benevolente ser supremo, nos otorgue felicidad y paz! Que Varuna, el universalmente respetado, la fuente de dicha, el Señor, nos otorgue felicidad y paz. Que Aryama, el mejor dador de las mayores bendiciones, el árbol otorgador de deseos, Maestro de todo, el Señor, nos conceda dicha. Que Indra, el exaltado omnipotente gran Señor, Brihaspati, el Señor del vasto conocimiento védico y de la ampliamente extendida maya, nos otorgue felicidad y paz. Que Vishnu, el Señor Supremo, de quien el universo es la huella del pie, nos otorgue felicidad y paz.

Estrofa 1

¡Mayyāsakta-manāḥ pārtha!
Yogaṁ yuñjan madāśrayaḥ,
asaṁśayaṁ samagraṁ māṁ,
yathā jñāsyasi tacchṛṇu.

El Señor Shrikrishna, el Extremadamente Compasivo que reside en todo, hace de Arjuna un instrumento y prescribe el medio para lograr el autoconocimiento para beneficio de la humanidad. Él dice, “¡Oh hijo de Prutha-Pārtha! Vuélvete mentalmente apegado a mí, continúa practicando yoga, conecta conmigo, toma refugio en Mí. Haciendo esto te liberarás de la duda, Me comprenderás plenamente. Escúchame con atención y confía, y aprende a conocerme”.

Estrofa 2

Jñānaṁ te’haṁ savijñāna-midaṁ
vakṣyā-myaśeṣataḥ,
yajñātvā neha bhūyo’nyaj-
jñātavya-mavaśiṣyate.

Por decisión propia, el Señor Shrikrishna, la raíz de la felicidad, hace de Arjuna un instrumento para beneficio de todos y le instruye en el conocimiento de la realidad. “¡Oh Arjuna! Te hablaré sobre el Conocimiento de la Realidad, jñāna junto con vijñāna; conociendo esto nada queda por conocerse”.

Aquí, jñāna significa conocimiento, tal como es expuesto en las escrituras y obtenido de un guru instruido, mientras que vijñāna significa experiencia directa libre de todos los bloqueos emocionales.

Estrofa 3

Manuṣyāṇām sahasreṣu
kaścid-yatati siddhaye,
yatatāmapi siddhānām,
kaścinmāṁ vetti tattvataḥ.

“De entre miles de personas, casi ninguno se esfuerza por alcanzarme, al Ser Universal Interior. Y entre aquellos yogis que sí se esfuerzan, solo el excepcional conoce mi naturaleza Real”.

En esta estrofa el Señor, la Fuente de Dicha, describe lo excepcional del autoconocimiento. Por medio de Su gracia y las prácticas, sus devotos logran el conocimiento del Ser.

En este mundo, miles de personas están apegadas solamente a asuntos mundanos. Jānā hai rahanā nahiṅ, maranā biswābīs, “Cuando dejamos este tumultuoso y peligroso mundo, nos vamos con las manos vacías”. Incluso sabiéndolo y de hecho observándolo, no terminamos de comprender. Quienes ven esto y se llaman a sí mismos muy inteligentes, solo demuestran su estupidez:


Estrofa 4

Bhūmirāpo ‘nalo vāyuḥ,
khaṁ mano buddhireva ca,
ahaṅkāra itīyaṃ me
bhinnā prakṛti-raṣtadhā.
apareyaṁ...

“Oh Arjuna! Mi naturaleza material se manifiesta de ocho maneras: como tierra, agua, fuego, aire y espacio; y como mente, intelecto y ego”.

El Señor Shrikrishna, la fuente de Dicha, cumple su promesa instruyendo a Arjuna en jñāna y vijñāna, conocimiento indirecto y directo. Él dice que la tierra y otros objetos inertes percibidos son Su naturaleza material, inferior o densa. Un significado corriente de “naturaleza” es “estado innato”. Parecen existir dos tipos de estados innatos, uno “tal como es” y el otro sobreimpuesto. La naturaleza material, que es ilusoria, se sobreimpone al estado natural, tal como la aparente tristeza de un individuo se sobreimpone al estado natural de dicha.

Estrofa 5

(Apareyaṁ) itastvanyāṁ
prakṛtiṁ viddhi me parāṁ,
¡jīvabhūtāṁ mahābāho!
yayedaṁ dhāryate jagat (Gītā 7,5).

“¡Oh! ¡Gran guerrero! Reconoce que mi naturaleza consciente trascendental, la cual se convierte en el Ser individual, y sostiene este universo, es diferente de mi naturaleza inerte, subordinada, inferior.”

En la estrofa anterior, el Señor Supremo, la fuente de Dicha, hizo de Arjuna un instrumento y le instruyó acerca de Su naturaleza subordinada; ahora le instruye acerca de Su naturaleza trascendental. Esta naturaleza trascendental es el Ser individual, que es la naturaleza real del Señor, libre de atributos y desprovisto de cualquier proyección de cualidades. Lo mismo se dice en otras partes de la Gītā: Svabhāvo ’dhyātma-mucyate (8,3), “La naturaleza esencial suprema se llama el Ser”.

Estrofa 6

Etadyonīni bhūtāni,
sarvāṇītyupadhāraya,
aham kṛtsnasya jagataḥ,
prabhavaḥ pralayastathā.

“¡Oh Arjuna! Sabe que todas las criaturas móviles e inmóviles están compuestas de naturalezas trascendental y densa, y que yo, el Señor, soy la causa raíz de la creación y disolución del universo”.

El omnipotente Señor Shrikrishna, la fuente de la dicha, le dice a Arjuna: “Tanto por medio de mi naturaleza densa subordinada como de mi naturaleza trascendental sublime, yo, el Señor, creo todo el universo de nombre y forma, lo mantengo, y finalmente lo disuelvo en mí mismo”. Aquí se establece al Señor tanto como la causa fundamental de la creación del universo (prabhava) como la causa material de su disolución (pralaya). Por ejemplo, un alfarero es la causa fundamental de las vasijas y platos de arcilla que hace, pero no es la causa material. La arcilla en sí misma es la causa material. Solo aquello que permite la disolución de algo puede ser su causa material; las jarras y bandejas creadas por el alfarero solo se pueden disolver en arcilla, y no en el alfarero. Así, la arcilla es considerada como la causa material de las jarras y bandejas. El universo entero, creado y mantenido por el Señor, también se disuelve solo en el Señor. Por lo tanto, Él es considerado tanto la causa material, como la causa fundamental del universo. Nuestra Kṛṣṇa Yajurvedic Taittiriya Upaniṣad establece lo mismo en la forma de un diálogo entre un padre y un hijo:

Estrofa 7

Mattaḥ parataraṁ nānyat,
kiñcidasti dhanañjaya
mayi sarvamidaṁ protaṁ,
sūtre maṇi-gaṇā iva.
(Gītā 7,7)

“¡Oh Dhananjaya, Arjuna! Cualquier objeto visible en el mundo no es diferente de mí. Este universo entero se teje sobre mí solamente, como cuentas anudadas a una cuerda”.

Aquí el Señor Shrikrishna, la fuente de dicha, llama a Arjuna “Dhananjaya”, que significa conquistador de la riqueza, o maestro perpetuo de la riqueza. ¿Qué es la riqueza? ¿Es la riqueza por lo que la gente mundana lucha día y noche, borrando su capacidad de discernir entre mérito y pecado? ¿Es la riqueza por lo que la gente se agota? ¿Es esa riqueza, como los metales preciosos, diamantes, perlas, y dinero, realmente riqueza? Esta no es la riqueza que distingue a Arjuna y lo eleva por encima de la gente mundana. La verdadera riqueza es la que da felicidad duradera. Lo que se conoce popularmente como riqueza a veces da un insípido placer momentáneo, pero no puede dar felicidad duradera y satisfactoria. Su ausencia, o los rivales que tienen más de ella que uno, pueden causar un dolor insoportable. La única riqueza verdaderamente deseable o aceptable es aquella que no solo no causa dolor, sino que también elimina las aflicciones y otorga solamente felicidad perfecta. Esa verdadera riqueza no es más que conocimiento divino. Vidyā-dhanam sarva-dhana-pradhānaṁ, “La riqueza de conocimiento es la cumbre de toda riqueza”. Con la gracia del Señor, Arjuna conquista esta riqueza para siempre. Esta es su victoria. 

Estrofa 8

¡Raso hamapsu kaunteya!
Prabhā ’smi śaśi-sūryayoḥ,
praṇvaḥ sarva-vedeṣu,
śabdaḥ khe pauruṣaṁ nrṣu.

“¡Oh, hijo de Kunti, Arjuna! En el agua Yo soy gusto; en la Luna y el sol, Yo soy luz; en todos los vedas, Yo soy el auspicioso oṁ; en el espacio Yo soy sonido, y en los hombres Yo soy fortaleza”.

En la estrofa anterior el Señor Shrikrishna, la fuente de la dicha, presenta la idea de que el universo entero se teje sobre Él, tiene su ser y su manifestación en Él. Ahora describe en detalle y de manera extraordinaria cómo esto es así. El Señor dice: “Yo soy la verdadera esencia y la causa del agua, el sol, la Luna y todo lo demás en el universo, por lo que el universo se teje sobre Mí”. La esencia del agua es el gusto. El gusto es la causa del agua. El agua existe debido a la existencia del gusto. Si el gusto no existiera, el agua no existiría. Así, la afirmación de que el gusto es la única causa del agua se justifica por ambas afirmaciones, positiva y negativa. Una causa da lugar a un efecto. En particular, el gusto da lugar al agua. “En Mi forma como gusto, toda el agua se entrelaza. En la forma del sutil sentido del gusto, yo soy el sustrato del agua y resido en ella”. En la próxima estrofa, la novena, puṇyo gandhaḥ, el sentido del olfato, ha sido considerado como atributo. El sabor, brillo y demás deben considerarse como atributos similares. Por lo tanto, la cualidad esencial del agua, que es su dulzura, es la naturaleza misma del Señor, el Ser que siempre se encuentra en el agua como dulzura. Es por ello que el agua dulce se llama “soporte vital” para todo tipo de vida. Jalaṅtu jīvanaṁ smṛtaṁ, “El agua es considerada como soporte vital”. Sin agua no sobreviviríamos.

Estrofa 9


Puṇyo gandhaḥ pṛthivyāñca,
tejaścāsmi vibhāvasau,
jīvanam sarva-bhūteṣu,
tapaścāsmi tapasviṣu.

“Una vez más, en la tierra Yo soy su olor puro, y en el fuego Yo soy su refulgencia. En todas las criaturas Yo soy la vida, el poder por el cual ellos viven. En los ascetas Yo soy su austeridad (tapas)”.

El Señor Shrikrishna, la Fuente de Dicha, dice: “Yo soy el puro sentido del olfato en sí, manifestándose como la inalterada dulce fragancia, la esencia de la tierra. Yo soy esa esencia de la tierra, que, como el olor, las urdimbres y tramas en Mí”. En este verso, la palabra “puro” (punya), que se refiere al olor (gandha), también debe entenderse que se refiere a los otros sustantivos y el fuego, la vida y la austeridad. De hecho, los cinco sentidos, oído, tacto, vista, gusto y olfato, son en sí mismos, naturalmente, pura e inalterada, pero parece impura a causa de la degradación de las criaturas. El poder puro de fuego, por ejemplo, que arde e ilumina todo, que es caliente al tacto y de color rojo brillante en apariencia, es también la naturaleza del Ser. El poder existente en el fuego es la urdimbre y trama en el Ser. Del mismo modo, la pura fuerza de vida en todas las criaturas, que mantiene a las criaturas vivas, es el Ser y, como la vida específica de todas las criaturas, es la urdimbre y trama en el Ser. Y la pura austeridad de los ascetas también es el Ser y, como austeridades específicas, son la urdimbre y trama en el Ser.

Estrofa 10


Bījaṁ māṁ sarva-bhūtānāṁ,
viddhi pārtha ‘sanātanaṁ,
buddhir-buddhi-matāmasmi,
tejas-tejasvināmahaṁ (Gītā 7,10).

“¡Oh, Arjuna! Sabe que Yo soy la semilla perpetua de todas las criaturas. Soy el intelecto del intelectual y la genialidad del genio”.

La Fuente de dicha, el Señor Shrikrishna, hizo de Arjuna un instrumento para enseñarnos acerca de Su naturaleza para nuestro propio bienestar.

Estrofa 11

Balaṁ balavatāmasmi,
kāma-rāga-vivarjitaṁ,
dharmā-viruddho bhūteṣu,
kāmo ’smi bharatarṣabha.

“¡Oh, líder de la familia de Bharat, Arjuna! Yo soy el poder de los poderosos, no contaminado por el deseo y el obsesionamiento. Y entre todas las criaturas Yo soy su deseo recto”.

El Gobernante del Universo, la Fuente de Dicha, el Señor Shrikrishna otra vez se hace conocer. Él dice: “Yo existo como el poder de los poderosos”. En este mundo, ¿quién no quiere fuerza? Sin fuerza se puede llevar a cabo ninguna actividad. Toda actividad requiere fuerza. Debido a la fuerza los ojos ven, los oídos oyen, la lengua habla, las manos toman y dan, los pies caminan. Sin ella, ellos no pueden desempeñar sus funciones respectivas. 

Estrofa 12

Ye caiva sāttvikā bhāvā
rājasā-stāmasāśca ye,
matta eveti tānviddhi,
na tvahaṁ teṣu te mayi.

“Todos los sentimientos que existen, ya sean sáttvicos, rajásicos o tamásicos (sentimientos virtuosos, de actividad y de ignorancia), sabe que ellos han sido originados en Mí, pero Yo no resido en ellos”.

El Señor Shrikrishna, la Fuente de Dicha, instruye a Arjuna sobre los tres guṇas de la mente, o las disposiciones de los sentimientos. Cuando sattvaguṇa (bondad, virtud) asciende, surgen la calma, la moderación, la rectitud, el discernimiento y el desapego. Cuando predomina rajoguṇa (actividad), ocurren los celos, el orgullo, la avaricia, y el esfuerzo. Cuando predomina tamoguṇa (ignorancia), dominan el lamento, el obsesionamiento, la somnolencia y la indolencia.

Estrofa 13


Tribhir-guṇamayair-bhāvairebhiḥ
sarvamidaṁ jagat,
mohitaṁ nābhijānāti
māmebhyaḥ paramavyayaṁ (Gita 7,13)

“Todas las criaturas están hechizadas por las propiedades de los tres gunas, sattva, rajas y tamas, que es por lo que no me conocen, el inmortal, inmutable Ser Supremo, que trasciende los tres gunas”.

El Señor, cuya naturaleza es dicha infinita, le dice a Arjuna que, porque está obsesionado, el mundo entero no Lo conoce. Es decir, debido a la obsesión se han quedado ciegos, y no Lo pueden ver bien. La obsesión implica engaño y ausencia de discernimiento. Cuando uno está engañado, no se tiene conocimiento ni discernimiento. Al no tenerlos, uno se vuelve inquieto. Y un ser inquieto no conoce su verdadera naturaleza. Yathā rajjvāṁ sarpabhrameṇa vyākulaḥ sarpātparāṁ rajjuṁ na jānāti, tadvat, “Así como una persona se agita por serpiente ilusoria, sobreimpuesta a una cuerda, y no reconoce la cuerda que va más allá de la serpiente”, las innumerables criaturas obsesionadas con las sensaciones creadas por los tres gunas, no conocen al Soberano Supremo que trasciende los gunas: el increíble, eternamente puro, sin forma, omnisciente, libre, que reside más de cerca en todas las criaturas, que sobrepasa todo, que es el fundamento de todas las ideas, y sin embargo es desprovisto de cualquier propiedad, modificación o dualidad, que es una masa de dicha. No conocer su propia naturaleza, experimentar el mundo como diverso y problemático es la desafortunada situación en la que se encuentran las engañadas criaturas sin discernimiento. El Señor expresa Su compasivo dolor por tales criaturas.

Estrofa 14

Daivī hyeṣā guṇamayī,
mama māyā duratyatā,
māmeva ye prapadyante,
māyāmetāṁ taranti te.

“Esta maravillosa maya, que consiste de las tres cualidades, reside en Mí, el Dios Supremo. Ella es difícil de comprender. Sin embargo, aquellas personas que se refugian en Mí, y piensan en mí sin cesar, cruzan el océano de la mundanalidad creado por maya[1]”.

Aquí, el Señor Shrikrishna, la fuente de la Dicha, enseña a Arjuna sobre la naturaleza de maya y cómo superarla. Dice: “Yo soy Dios, el Ser Supremo, uno sin segundo. Estoy escondido en toda la creación. Soy una masa autoluminosa de conciencia y dicha. Soy completo e indivisible. Maya mora en mí. Haciéndome su objeto, me esconde”. De esta manera, en mi naturaleza indivisa, maya crea una ilusoria división entre el objeto y la fuente. El Señor usa la palabra hi (ih) que se encuentra en hyeṣā (compuesto de hi y eṣā) para señalar que maya también es la causa material[2] de la ilusión. Maya es la causa material de cualquier engaño visto en el mundo, tales como ver el Ser en el no Ser y ver el no Ser en el Ser. Maya también puede ser llamada ignorancia. Maya es llamada “esto” (eṣā) en sánscrito, porque maya es atestiguada directamente. Las declaraciones “yo soy ignorante” o “yo no me conozco a mí mismo” indican que maya puede ser experimentada directamente por todos. Nadie puede negar su existencia.

Estrofa 15

Na māṁ duṣkṛtino mūhāh,
prapadyante narādhamāḥ,
māyayā ‘pahṛtajñānā,
āsuraṁ bhāvamāśritāḥ (Gītā 7,15).

“El despreciable entre los seres humanos, las personas ignorantes despojadas de discernimiento y conocimiento por maya, que se aferran a las tendencias demoníacas y que seguirán realizando acciones reprobables, ni se refugian en Mí ni Me honran”.

El Señor Srikrishna, el tesoro del deleite, que es Existencia, Conciencia y Dicha, dice a Arjuna: “¡Oh Arjuna! ¿Quiénes son aquellos que no se refugian en Mí? ¿Quiénes son aquellos que siempre se alejan de Mí, el benefactor de toda la creación, lleno de Dicha, el Ser Supremo? ¿Quiénes son aquellos a quienes les desagrado, el Uno sin segundo, puro, océano de Dicha, el Señor? Aquellas personas que, habiendo sido capturadas en la ilusoria red de maya, han perdido el discernimiento y el conocimiento, no se refugian en Mí”. Ellos, por su propia cuenta, dejan la reconfortante sombra del árbol que otorga todos los deseos, para vivir en las arenas ardientes del desierto. Maya es un demonio feroz. Desde tiempos inmemorables, ella ha infundido lo que es completamente falso en la creación. Ella ha atado los cuellos de las criaturas con una fuerte soga, hecha de muchos errores desastrosos, como “yo” y “mío”. Por eso, en la Taittiriya Upanishad, un sabio dice Yatte devi nirṛti-rāba-bandha, dāma grīvāsva-vicarcyaṁ, idaṁ te tad dviṣyāmi, “¡Oh Gobernante Supremo! Esa maya divina, que ha tomado refugio en Ti, es un demonio. Ha atado los cuellos de incontables criaturas con una fuerte soga de faltas, como la obsesión y el apego. Debido a esta condición, esas criaturas experimentan constantemente muchos tipos de dificultades. Pero a través de Tu gracia, he logrado discernimiento y conocimiento, y comencé a despreciar las ataduras de maya. Quiero liberarme de ellas”. 

Estrofa 16


¡Caturvidhā bhajante māṁ
janāḥ sukṛtino ‘rjuna!
¡Ārto jijñāsur-arthārthī,
jñānī ca bharatar-sabha!

“¡Arjuna, el más querido en el linaje de Bharata! Entre los virtuosos, cuatro tipos de personas son devotos míos. En primer lugar están los angustiados, que buscan liberarse de las aflicciones que surgen de las enfermedades y los obstáculos. En segundo lugar están los buscadores, que quieren conocer correctamente al Señor. En tercer lugar están los peticionarios, que tratan de obtener varios objetos aquí y allá. El cuarto y último tipo son los conocedores, para quienes adorar al Señor sin ningún deseo se ha vuelto natural”.

La Fuente de Dicha, el omnipotente Señor Shrikrishna, describe a su amado discípulo y devoto Arjuna cuatro tipos de devotos. “Cualquiera sea su motivo, el que desarrolla amor por Mí y Me adora es Mi devoto. No todo el mundo puede adorarme; solo las personas virtuosas cuyos méritos se ha desarrollado durante varias vidas pueden adorarme con gran interés, fe y concentración”. Cuando uno tiene hambre, puede disfrutar de la comida y realmente saborear su néctar; pero cuando uno no tiene hambre, no puede disfrutar de la comida, ni puede saborear su néctar en absoluto. De la misma manera, cuando uno ha hecho méritos, está interesado en adorar al Señor y obtiene una inmensa alegría de ello. Si el mérito no ha aumentado, entonces uno no estará interesado en adorar al Señor ni obtendrá felicidad de ello.

Estrofa 17

Tesam jñānī nityayuktaḥ,
eka-bhaktir-visisyate,
priyo hola jñānino 'tyartham
-aham sa ca mama priyaḥ (Gītā 7,17).

“Entre los cuatro tipos de devotos que he mencionado, el conocedor, que está establecido en mí con decisión y tiene devoción total, es mi mayor devoto. Esto se debe a un tremendo amor del devoto conocedor por mí y mi gran amor por él”.

La fuente de la dicha, el Señor Shrikrishna, alaba a sus devotos conocedores, diciendo que los conocedores son los mejores porque están firmemente establecidos con devoción total. A esos devotos, que se olvidan del mundo dualista de nombres y formas, considerándolo inútil e ilusorio, lo desechan, y se mantienen establecidos constantemente en el Ser, se les llama nityayukta. La mente de una persona torpe e ignorante queda atrapada en los nombres y las formas sobreimpuestos del mundo ilusorio. 

Estrofa 18

Udārāḥ sarva evaite,
jñānī tvātmaiva mataṁ,
āsthitaḥ sa hi yuktātmā,
māmevānuttamām gatiṁ.

“Todos mis devotos son nobles, me recuerdan fielmente para cumplir algún deseo. Por lo tanto, están bien y son buenos. Pero el devoto conocedor es como mi propio Ser, con inquebrantable inteligencia que siempre se encuentra en el estado más alto, en un insuperable sentimiento de unidad conmigo, el Señor”.

La fuente de dicha, el Señor Shrikrishna, al describir a sus devotos dice: “Los cuatro tipos de devotos son generosos: los que desean liberarse de las aflicciones (los afligidos), los deseosos de conocer (inquisitivos), los que desean logros y los conocedores. No son avaros. Todos ellos están mirando al océano de pura dicha, el Señor; se están moviendo hacia el Señor; tienen confianza en el Señor; quieren eliminar la aflicción, para alcanzar logros aquí y allá, o para alcanzar el conocimiento solo a través de la Señor. Su sagrado sentimiento es como el del chataka, un pájaro que solo bebe el agua de la nube de lluvia. Un poeta describe el sentimiento del chataka de la siguiente manera:

Estrofa 19

Bahūnāṁ janmanāmante
jñānavān māṁ prapadyate,
vāsudevaḥ sarvamiti
sa mahātmā sudurlabhaḥ.

“Después de muchas vidas de prácticas espirituales, en su última vida el devoto se vuelve un conocedor, y Me adora, al Amor Supremo, con conocimiento. ‘El Señor Vāsudeva es todo lo que hay, lo que significa que no hay nada más, excepto el Señor’, es la comprensión correcta de ese devoto. Una persona con este tipo de conocimiento es un gran y raro ser”.

Haciendo de Arjuna un instrumento, el Señor Shrikrishna le instruye para beneficio de todos nosotros. “¡Oh Partha! Sin prácticas espirituales no se puede tener fácilmente el logro del conocimiento. Solo en el curso de la última vida, cuando maduran las diferentes prácticas espirituales realizadas en varias vidas, uno puede alcanzar el conocimiento”.

Estrofa 20

Kamais-tais-tairhṛta-jñanah
prapadyante 'nya-devatāḥ,
taṁ taṁ niyama-māsthāya,
prakṛtyā niyatāḥ svayā (Gītā 7,20).

“¡Oh, Arjuna! Los seres humanos mundanos, impulsados ​​por sus cualidades de pasión (rajas) e inercia (tamas), son engañados por el deseo de objetos sensoriales, tienen una regresión del conocimiento verdadero, y adoptando diversas prácticas, adoran a dioses menores”.

El Señor Shrikrishna, la Fuente de la Dicha, anteriormente describió a Su devoto conocedor, que tiene visión equilibrada, que está libre de deseos, y que no está viciado. Ahora Él describe a los insignificantes seres humanos, que están apegados al disfrute de los objetos de los sentidos en el mundo. La gente torpe que no conoce verdaderamente el Señor, que es el Ser de todo, y que no son capaces de discernir entre lo que es verdadero y lo que es falso, consideran a este mundo como verdadero, bello y feliz. Es por eso que constantemente desean diversos placeres sensoriales y riquezas.

Estrofas 21 y 22

Yo yo yāṁ yāṁ tanuṁ bhaktaḥ,
śraddhayā ’rcitumicchati,
tasya tasyā-calāṁ śraddhāṁ,
tāmeva vidadhāmyahaṁ (Gītā 7,21)

Sa tayā śraddhayā yuktastasyā-
rādhana-mīhate,
labhate ca tataḥ kāmānmayaiva
vihitān hi tān (Gītā 7,22)

“Cualquiera sea la forma divina que el devoto con deseos elige adorar con fe, Yo, el Señor que mora dentro, hago que su fe por esa forma divina sea firme”. 21.

“Equipado con esa fe, el ser humano que adora a su forma divina elegida, sin duda, obtiene de esa forma divina todos los placeres sensoriales deseados, que de hecho son concedidos únicamente por mí, el Inspirador y Soberano Supremo del Universo”. 22.

Estrofa 23

Antavattu phalaṁ teṣāṁ
tadbhavatyalpa-medhasāṁ,
devān devayajo yānti
madbhaktā yānti māmapi (Gītā 7,23).

“El fruto obtenido por el torpe es perecedero, alcanzan las deidades que adoran respectivamente. Mis devotos me alcanzan a Mí”.

La fuente de dicha, el Señor Shrikrishna, compara las características de Sus devotos y los devotos de otros dioses para beneficio de Arjuna. Los devotos de otras deidades son torpes y los suyos son inteligentes. Torpes significa de poca inteligencia, que carecen por completo del poder de discernir entre lo limitado y lo ilimitado. Por lo tanto, debido a la ilusión, uno se aferra a la riqueza perecedera como si fuera imperecedera.

Esa inteligencia se llama súper inteligencia, aquella que con la ayuda de las escrituras y el Sadguru se sostiene firmemente a lo ilimitado, al gran principio Supremo Espiritual. Los devotos torpes alcanzan su objetivo limitado y perecedero, mientras que los devotos súper inteligentes alcanzan su objetivo ilimitado e infinito. Como la inteligencia es el fruto, una persona torpe no alcanza la meta infinita, y la persona súper inteligente no alcanza la meta finita.

Estrofa 24

Avyaktam vyaktimāpannaṁ,
manyante māmabuddhayaḥ,
paraṁ bhāvamajānanto
mamāvyaya-manuttamaṁ (Gītā 7,24).

“Los torpes no saben que mi verdadera naturaleza es el insuperable, exquisito e imperecedero Ser Supremo, una no dual y perfecta masa de existencia, conciencia y dicha. No conocen el principio de que a pesar de que soy el no nacido Señor de todo, me manifiesto en la forma a través de mi poder de maya, y piensan en mí, el Señor Supremo, como un individuo limitado que toma nacimiento como un ser humano. Por lo tanto no me adoran”.

El Señor Shrikrishna está describiendo su verdadera naturaleza a Arjuna. Dice: “Yo soy imperceptible. Soy sin nombre ni forma. Soy incorpóreo y sin figura. Yo soy el Ser interior de todos los seres, omnipresente y perfecto. La shruti también dice lo mismo: Sadeva somyeda-magra āsīt, ekamevādvitīyaṁ (Chāṅdogya Up. 6,2,1), “Todo este universo sensible y no sensible primero fue existencia imperceptible, o Brahman. Fue uno, desprovisto de los tres tipos de distinciones: identidad, semejanza y no semejanza; era una masa primordial de existencia, conciencia y dicha”. Nada más que Ello existía entonces. La existencia es una entidad indivisible y absoluta. En realidad, Yo soy eso. Mi existencia es inmutable, indestructible y sin igual, es decir, no existe nada superior a ello. Por lo tanto, es la única verdadera y elevada existencia. La gente ignorante no conoce esta existencia sin igual. Por eso, los tontos Me consideran, al Ser Supremo, como una criatura en particular, corpórea, nacido de mis propias acciones. Así me faltan el respeto y adoran a otros dioses”. 

Estrofa 25

Nāhaṁ prakāśaḥ sarvasya,
yogamāyā-samāvṛtaḥ,
mūḍho ’yaṁ nābhijānāti,
loko māmaja-mavyayaṁ (Gītā 7,25).

“Me escondo con mi yogamaya. Es por eso que yo no soy visible para todos. Por lo tanto, un ser humano ignorante y torpe no reconoce la verdad sutil, que Yo soy sin nacimiento, imperecedero, indivisible, único, el Ser Supremo. La persona engañada me considera como con nacimiento y muerte”.

El Señor Shrikrishna dice a Arjuna: “No revelo mi verdadera naturaleza a todas las personas, solo a algunos de los devotos sabios”. “¿Por qué no te revelas a todo el mundo?”. En respuesta a esta pregunta, el Señor dice: “Yo me escondo con mi yogamaya. El incomprensible juego de mi intelecto se llama yoga. Eso también es maya, que es experta en hacer que sucedan cosas inverosímiles. Me cubro con ella. Por lo tanto, nadie me puede ver. Es la naturaleza de maya cubrir la naturaleza del Principio existente, y mostrar estados ilusorios que no existen”.

Estrofa 26

Vedāham samatītāni
vartamānāni cārjuna,
bhaviṣyāṇi ca bhūtāni,
māṁ tu veda na kaścana (Gītā 7/26)

“¡Oh, Arjuna! Conozco perfectamente todo objeto sensible e insensible que existió en el pasado, que existe en el presente o que pueda existir en el futuro. Pero un ser humano, a falta de medios tales como la devoción y el conocimiento, no Me conoce, el Ser Supremo”.

La Fuente de la Dicha, el Señor Shrikrishna, dice a Arjuna: “¡Oh Bhārat! Mi naturaleza es siempre la firme y eterna luz de la conciencia. Por lo tanto conozco el universo entero. Tengo el conocimiento directo de cada objeto sensible e insensible del pasado, presente y futuro. ¡Mira! Este universo y la creación están sujetos a cambios. Los objetos del presente mueren y se marchitan. Los objetivos futuros, que son invisibles en la actualidad, entran en el presente y se hacen visibles. Una vez más, los objetos pasados vuelven a aparecer en el futuro.

Estrofa 27



¡Icchādveṣa-samutthena,
dvandva-mohena bhārata!
¡Sarvabhūtāni saṁmohaṁ,
sarge yānti paraṅtapa! (Gītā 7,27)

“¡Oh Bhārata! ¡Oh Paraṅtapa! En este mundo, el obsesionamiento, en forma de dualidad de placer y dolor, que surge del deseo y los celos, causa ilusión y aflicciones a todos las criaturas”.

El Señor Shrikrishna dice a Arjuna: “¡Oh Bhārata (que literalmente significa ‘Joya del linaje de Bharata’, o bhā que significa ‘brillantez en la forma de conocimiento de Brahman’ y rata que significa ‘cautivado en o amante de ese brillo’), Arjuna! Tienes un gran amor por el conocimiento de Brahman, por lo tanto, te estás beneficiando con ese conocimiento”. Si uno desea algo de corazón, entonces sin duda lo consigue.

Estrofa 28

Yeṣām tanta-gataṁ pāpaṁ,
janānāṁ puṇya-karmaṇāṁ,
te dvandva-moha-nirmuktā,
bhajante māṁ dṛḍha-vratāḥ (Gītā 7,28).

“Las personas que realizan acciones meritorias, cuyos pecados han sido destruidos, se liberan del obsesionamiento inherente a dualidades tales como el amor y el odio. Su voto es firme y Me adoran”.

El Señor Shrikrishna le cuenta a Arjuna sobre las personas que pueden trascender la obsesión provocada por las dualidades y que pueden hacer un voto firme de adorar al Señor. Solo los santos cuyos pecados han sido completamente destruidos por acciones meritorias pueden llegar a estar libres de la obsesión de las dualidades y pueden resolver adorarle con decisión. Otras personas, que tienen la intención de cometer pecados, no pueden liberarse de la obsesión de las dualidades ni amar al Señor y adorarlo enfocados. Los que no tienen amor por el Señor, que no se deleitan al recordar el nombre del Señor, que disfrutan la comida en un restaurante, el cine, las discotecas y las carreras, que no gustan de la buena compañía (satsang) y el nombre del Señor, a quienes les resulta molesto adorarlo y alabarlo al Señor, son pecadores.

Estrofas 29 y 30


jarā-maraṇa-mokṣāya,
māmāśritya yatanti ye,
te brahma tadviduḥ kṛtsnam
adhyātmaṁ karam cākhilaṁ.
sādhi-bhūtādhi-daivaṁ māṁ,
sādhi-yajñaṁ ca ye viduḥ.
prayāṇa-kāle ‘pi ca māṁ,
te vidur-yukta-chetasaḥ (Gītā 7,29-30)
iti śrīmad-bhagavad-gītāsūpaniṣatsu brahma-vidyāyāṁ yoga-śāstre
śrīkṛṣṇārjuna-saṁvāde jñāna-vijñāna-yogo nāma saptamo ’dhyāyaḥ samāptaḥ

Aquellos que se rinden ante Mí, el Señor con forma y atributos, para liberarse de las varias aflicciones causadas por el mundo del nacimiento y de la muerte, y que se esfuerzan por realizar acciones sin deseo y adorando al Señor, quedan sin pecado y puros de corazón, al trascender la dualidad. Entienden el significado de “Eso”, El que preside el universo, el Brahman Supremo; también entienden el perfecto principio espiritual, el significado de “Tú”, existencia, conciencia y beatitud, el evidente Ser interior. También saben que el modo de ganar entendimiento de “Eso” y de “Tú”, es estar cerca del Guru, escuchar y contemplar. Algunos, incluso, meditan en Mí, el Ser, como un principio que es adhibhūta (que penetra todo), adhidaiva (que preside en todas las cosas) y adhiyajña (que ejecuta sacrificios). Con certeza saben que así; tal como el vapor, las nubes y el hielo no son sino formas del agua y no son diferentes, así, estos tres aspectos no son sino formas del Señor. Ellos me glorifican con sus mentes absortas en el sentimiento de unidad. En la muerte, el tiempo más difícil, trascienden la dualidad y se funden en Mí. Al realizarse, se liberan.