lunes, 28 de enero de 2013

Estrofa 14

Daivī hyeṣā guṇamayī,
mama māyā duratyatā,
māmeva ye prapadyante,
māyāmetāṁ taranti te.

“Esta maravillosa maya, que consiste de las tres cualidades, reside en Mí, el Dios Supremo. Ella es difícil de comprender. Sin embargo, aquellas personas que se refugian en Mí, y piensan en mí sin cesar, cruzan el océano de la mundanalidad creado por maya[1]”.

Aquí, el Señor Shrikrishna, la fuente de la Dicha, enseña a Arjuna sobre la naturaleza de maya y cómo superarla. Dice: “Yo soy Dios, el Ser Supremo, uno sin segundo. Estoy escondido en toda la creación. Soy una masa autoluminosa de conciencia y dicha. Soy completo e indivisible. Maya mora en mí. Haciéndome su objeto, me esconde”. De esta manera, en mi naturaleza indivisa, maya crea una ilusoria división entre el objeto y la fuente. El Señor usa la palabra hi (ih) que se encuentra en hyeṣā (compuesto de hi y eṣā) para señalar que maya también es la causa material[2] de la ilusión. Maya es la causa material de cualquier engaño visto en el mundo, tales como ver el Ser en el no Ser y ver el no Ser en el Ser. Maya también puede ser llamada ignorancia. Maya es llamada “esto” (eṣā) en sánscrito, porque maya es atestiguada directamente. Las declaraciones “yo soy ignorante” o “yo no me conozco a mí mismo” indican que maya puede ser experimentada directamente por todos. Nadie puede negar su existencia.


Maya consiste de tres cualidades (guṇas). Como una cuerda trenzada con tres hilos, maya es lo suficientemente resistente como para atar con firmeza a todas las criaturas. Pero maya, que hace que el universo entero aparezca, en realidad reside en Mí, el omnisciente y omnipotente Señor Supremo. Esto significa que ella está bajo mi control, mientras crea, sostiene y disuelve el universo. Ella es la naturaleza (prakṛti), la causa material de todo el mundo agobiado por la dualidad. La shruti dice:

Māyāntu prakṛtiṁ vidyāt, māyinaṁ tu maheśvaraṁ (Śvetāśvatara Upaniṣat 4,10).

“Considera maya como la naturaleza, y aquel en quien mora maya como el Gran Señor”.

Maya tiene poderes para ocultar y confundir. Su poder de ocultar es visto en su capacidad de ocultar el principio esencial. Su poder para confundir es evidente, ya que hace que los objetos ilusorios parezcan reales.

El gran maestro Shankaracharya dice en su Viveka-cūḍāmaṇi:

Eṣā ’vṛttir-nāma tamoguṇasya, śaktir-yayā vastvavabhāsate ’nyathā,
saiṣā nidānaṁ puruṣasya saṅsṛter, -vikṣepa-śakteḥ prasarasya hetuḥ.
Abhāvanā vā viparīta-bhāvanā,
’saṁbhāvanā viprati-patti-rasyāḥ, saṅsarga-yuktaṁ na vimuñcati dhruvaṁ,
vikṣepa-śaktiḥ kṣapayatya-jasraṁ (113, 115).

“La verdad más elevada aparece como algo distinto de lo que realmente es, a través del poder de velar de tamoguṇa, la calidad de la oscuridad. Esta es la causa raíz del mundo de la transmigración, así como el origen del poder en expansión de la distracción. Esto se debe a que sin velo, no puede haber distracción o confusión. Solo cuando la ignorancia cubre la verdadera naturaleza de una cuerda puede surgir la confusión de ver una serpiente. A través del contacto con el poder de velar, los diversos aspectos de tamoguṇa, tales como la incapacidad para discernir correctamente, la perversión, el entendimiento pobre y la confusión, se adhieren a los seres humanos. El poder de distracción también hace que la mente vague incesantemente a través de varias falacias. La idea de que “Brahman no es el Ser Supremo” es llamada la incapacidad de discernir en forma correcta. La conciencia de que “yo soy un cuerpo que mide 1,70 metros” o “he nacido y moriré” es perversión. La incertidumbre “es o no es” es entendimiento pobre. La percepción de lo contrario es confusión. Surge de escuchar frases como “El mundo es la verdad, y un individuo es diferente de Brahman” o “El mundo es falso, y una persona no es diferente de Brahman”. El sentido de la dualidad de “yo” y “mío” provoca muchos dolores. Este es el poder de velar de maya”.

Maya no tiene comienzo. Nadie puede decir cuándo comenzó. Es por eso que todas nuestras escrituras y maestros describen a maya y al mundo generado por maya como sin comienzo. Si se considera que maya tiene un principio, surgen problemas lógicos. Por ejemplo, todo lo que tiene un comienzo debe haber sido creado por alguna causa. Brahman, al estar desprovisto de modificaciones y apegos, no puede ser la causa de maya. Ningún objeto que no sea Brahman existía en el principio, que pueda ser considerado como causa de maya. Por lo tanto, maya no tiene comienzo, como Brahman. A pesar de que no tiene comienzo, el conocimiento de Brahman la destruye. Por lo tanto, maya no tiene principio pero tiene fin. Brahman, en cambio, no tiene principio ni fin.

Maya no es más que ignorancia. Varias declaraciones de las escrituras, como Avidyā prakṛtirmāyā tamo ’jñāna-majā ’nṛtaṁ, pradhānaṁ ca jaḍaṁ viddhi kṣayiṣṇu triguṇātmakaṁ, “La ilusión, la naturaleza, maya, la oscuridad, la ignorancia, pradhan (la causa primordial) y la inercia, comprende que estos son ​​perecederos y tienen la propiedad de los tres guṇas”, determinan que maya y la ignorancia no son diferentes. Si es imposible encontrar el principio de la ignorancia corriente, entonces, ¿quién puede encontrar el origen de la gran ignorancia, la causa fundamental del mundo? Si alguien te pregunta, “¿Sabes francés?”, dirás “No, no sé”. Si la persona te pregunta: “¿Desde cuándo no sabes francés?” o “¿Desde cuándo eres ignorante del francés?”, no serás capaz de responder la pregunta. La ignorancia no tiene principio, ¿cómo puede uno entonces encontrarlo? Dirías: “No puedo decir cuándo empecé a no saber francés. No puedo probar el principio de mi ignorancia sobre el francés”. Si no puede ser establecido el comienzo de la ignorancia corriente respecto al francés, ¿cómo puede ser establecido el inicio de la gran ignorancia? Por lo tanto, la gran ignorancia es considerada como sin un comienzo.

Maya es indescriptible, es decir que no se puede describir. Las cosas normalmente pueden ser descritas por sus características. Por ejemplo, en su trabajo titulado Tattva-pradīpikā-Citsukhī, Citsukhācārya ha descrito las características de la ignorancia:

Anādi bhāvarūpaṁ yadvijñānena vilīyate,
tadajñāna-miti prāhuḥ, prāṅco vedānta-vedinaḥ.

“Los antiguos maestros la llaman la condición que no tiene principio, y que se disuelve por la ignorancia del conocimiento directo”.

Lo que es indescriptible es incapaz de ser descrito mediante cualquiera de las nueve formas enumeradas por el venerado maestro Shankaracharya en su obra titulada Viveka-cuḍāmaṇi:

Sannāpyasannā ’pyubhayātmikā no,
bhinnāpyabhinnā ’pyubhayātmikā no,
sāṅgā ’pyasāṅgā ’pyubhayātmikā no,
mahā ’dbhutā ’nirvcanīya-rūpā” (Viveka-cūḍāmaṇi 109).

Maya o la ignorancia no es ni verdadera ni falsa ni ambas cosas; ni lo mismo que Brahman, ni diferente de Brahman, ni ambas cosas; ni compuesto de partes, ni entero ni ambas cosas. Maya es de lo más maravilloso; no puede ser descrito en ninguna de estas formas. Es realmente indescriptible”.

Esa maya que es descrita como ilusión, oscuridad, ignorancia, naturaleza y con muchos otros nombres no puede verdadera por sí misma, ya que es disipada por el conocimiento. Si maya es considerada tan verdadera como el Ser, se convierte en invencible. En la Gita, el Señor refuta la idea de que la sustancia que es la suprema verdad nunca puede estar ausente, en la estrofa Nā bhāvo vidyate sataḥ (Gītā 2,16), “Lo que existe nunca deja de ser”. Todas nuestras Upanishads y escrituras determinan que maya, por otro lado, puede ser anulada. Las shrutis dicen Tasyābhidhyānāt-yojanāt-tattva-bhāvād bhūyaścānte viśva-māyā-nivṛttiḥ (Śvetāśvatara Upaniṣad 1,10), “A través de la firme meditación en el dichoso Uno sin segundo, el Ser de todo, Brahman, mediante la fusión de nuestra mente en Brahman, y alcanzando ese estado de Brahman, y poniendo así fin a todos los prārabdha karmas acumulados (las acciones de la vida pasada que dan fruto en la vida actual), la ilusión del universo llega a su fin”. La Gita también dice Jñānena tu tadajñānaṁ yeṣāṁ nāṣita-mātmanaḥ (Gītā 5,16), “Por el conocimiento del Ser, cuya ignorancia ha sido destruida...”. Tales enunciados, tanto en las shrutis como en las smritis (“revelados” y “recordados”), establecen el final de maya. Por lo tanto, maya no puede ser invencible. Por consiguiente, no se la puede describir como verdadera. Si maya no puede ser considerada como verdadera, entonces debe ser considerada como falsa, como “un hijo de una mujer estéril”. Pero maya tampoco puede ser considerada como falsa, ya que si lo fuera, la dualidad del mundo creada por maya no podría ser percibida. Uno no percibe un objeto inexistente. Pero todos perciben el mundo que maya ha creado. Es por eso que maya no es exactamente falsa. No se puede decir que maya sea falsa, siendo la causa material principal del imaginario mundo dual. Si maya es considerada como falsa, la esclavitud del mundo es sin raíces, ya que algo falso no puede ser la causa de nada. Por lo tanto, maya no puede ser descrita como falsa. Como verdadero y falso son condiciones que se excluyen mutuamente, maya no pueden ser considerada como verdadera ni como falsa. Por lo tanto, maya es extraña: ni verdadera, ni falsa, ni ambas cosas.

De la misma manera, maya no puede ser considerada como diferente de Brahman. De lo contrario, sería posible encontrar maya aparte de Brahman. Pero al igual que el calor del fuego, maya nunca puede ser encontrada aparte del Ser. Por lo tanto, maya es inseparable del Ser. Dado que maya no está relacionada como una entidad diferente al Ser sin apegos y no dual, es imposible establecer el ocultamiento de Brahman por maya. En consecuencia, maya no puede ser descrita como diferente de Brahman. Si maya no es diferente de Brahman, debe ser considerada como lo mismo que Brahman. Pero si consideramos esto, maya no debería tener características tales como la inercia, la visibilidad, etc., que no existen en Brahman. Por otra parte, cuando maya es destruida, la destrucción de Brahman sería inevitable. Por lo tanto, maya no puede ser lo mismo que Brahman. El tercer argumento, que maya es a la vez diferente y lo mismo que Brahman es imposible, debido a las propiedades mutuamente excluyentes de la diferencia y la identidad. Por lo tanto, maya no puede ser descrita como diferente de Brahman, ni lo mismo, ni ambas cosas.

Maya tampoco puede ser considerada con partes o miembros. Si tiene miembros, se concluye que maya tiene nacimiento y muerte, así como un número potencialmente infinito de miembros. Tal conclusión se opone a la causalidad primordial de maya. Tampoco puede asumirse que maya es sin miembros, ya que un objeto sin partes no produce efectos. En este caso, el término “efecto” indica la existencia de varias partes. Por ejemplo, cuando se cuaja la leche, se hacen visibles diferentes partes de la leche. De esta manera, la maya que resulta en un mundo multiforme no puede de ninguna manera ser considerada sin partes. Por lo tanto, tal como no puede decirse que maya tiene partes, no puede decirse que es sin partes. Debido a la exclusión mutua, maya no puede ser descrita como con y sin partes al mismo tiempo. De esta manera, maya no cabe en ninguna de las anteriores nueve formas de descripciones. Por lo tanto, es indescriptible.

El Nāsadāsīya Sukta del Ṛgveda explica a maya, la esencia de la oscuridad y la causa del ocultamiento de la Conciencia, como extraña e indescriptible.

Nāsadāsīnno sadāsīt tadānīṁ (Ṛgveda 10,129,1).

Tama āsīt, tamasā gūdhamagre ’praketaṁ tucchyenā-bhvapihitaṁ yadāsīt, Tapasa-stanmahinā ’jāyataikaṁ (Ṛgveda 10,129,3).

Ānīdavātaṁ svadhayā tadekaṁ, tasmāddhānyanna paraḥ kiñchanāsa (Ṛgveda 10,129,2).

“En el momento en que el universo no estaba formado, la oscuridad (ignorancia), que es la causa fundamental del mundo, no existía ni como falsedad ni como la Verdad Suprema. Era más extraña que ambas, la verdad y la falsedad. Se trataba de un objeto indescriptible, la misma oscuridad. Antes de la creación este mundo estaba cubierto por esa oscuridad. Por lo tanto, en ese momento era imposible conocer este mundo claramente. Era precaria oscuridad, lo que significa que era sin el poder de la verdad eterna. Con esta precaria oscuridad estaba cubierto Brahman no dual, Supremo y omnipresente. Por medio de la fuerza de la ilusión, aquel único Brahman se ha manifestado como las múltiples formas del mundo de la dualidad. Esa oscuridad es swadhā. Swadhā en sánscrito significa Swasmin swasattayā dhāryamāṇā, “Esa maya que es sostenida dentro de sí misma por el poder del Ser”. Ese Brahman, que no está sujeto a ningún movimiento o modificación de prāṇa u otros atributos, que es Uno sin segundo, fue en ese momento dotado de maya. Por lo tanto, antes de la creación, ningún otro objeto superior o inferior existía, más que Brahman dotado de maya. No existía el universo manifestado, que contiene las formas densas y sutiles, móviles e inmóviles”.

Así descrita, maya ha demostrado ser insignificante desde el punto de vista de los vedas, indescriptible desde el punto de la lógica, pero importante desde el punto del mundo. Vidyāraṇya Swami dice lo mismo en Pancadaśi:

Yukti-dṛṣṭyā tvanirvācyaṁ, nāsadāsīditi-śruteḥ,
nāsadā-sīddhibhātatvānno sadāsīcca bādhanāt.
Vidyā-dṛṣṭyā śrutaṁ tucchaṁ, tasya nitya-nivṛttitaḥ,
tucchā ’nirvacanīyā ca vāstavī cetyasau tridhā.
Jñeyā māyā tribhir-bodhaiḥ śrauta-yauktika-laukikaiḥ (Citradīpa).

“Desde el punto de vista lógico, maya es indescriptible. Esto está establecido por la Nāsadāsīt Upaniṣad. Su trabajo es reconocido como el mundo. Por lo tanto, maya no es irreal. Ya que es refutada por el conocimiento, maya no puede ser real. Ya que siempre está velada, desde el punto de vista del conocimiento, su forma se considera insignificante. Desde el punto de vista del mundo se considera como sustancial”.

Un objeto que es indescriptible es considerado como ilusorio, tal como la plata en el nácar, una serpiente en una cuerda, un espejismo en el desierto y el mundo de los sueños percibidos debido a la ilusión. Como los objetos sobreimpuestos e imaginarios como la plata son refutados por el conocimiento de los objetos reales, como el nácar, no pueden ser reales; sin embargo, en el estado de ilusión, estos objetos ilusorios no pueden ser percibidos como irreales, como los cuernos de un conejo. No pueden ser reales e irreales al mismo tiempo. Por lo tanto, se consideran como más extraños que lo real y lo irreal, bastante indescriptibles. Llamarlos indescriptibles implica que son ilusorios. Padmapādācaryaji, el autor de Pancapādikā, dice Mithyāśabdo ’nirvacanīyatā-vacanaḥ, “La ilusión establece la afirmación de ser indescriptible”.

El maestro Madhusūdana Swami, en su obra titulada Advaita-siddhi (Establecimiento de la no dualidad), ha indicado cinco características de un objeto ilusorio.

(1) Trikālābādhya-vilakṣaṇatve sati kvacidapyupādhau sattvena pratīya-mānatvaṁ, mithyātvaṁ,
(2) Pratipanno-pādhau traikālika-niṣedha-pratiyogitvaṁ vā mithyātvaṁ,
(3) Jñāna-nivartyatvaṁ vā mithyātvaṁ,
(4) Svāśraya-niṣṭhātyantā-bhāva-pratiyogitvaṁ vā mithyātvaṁ, tacca svātyantā-bhāvādhi-karaṇa eva pratīya-mānatvaṁ,
(5) Saddhiviviktatvaṁ vā mithyātvaṁ, sattvaṁ ca pramāṇasiddhatvaṁ pramāṇatvaṁ ca doṣā-sahakṛta-jñānakaraṇatvaṁ (Advaita-siddhi)

Maya y su efecto, la aparente dualidad del mundo, es diferente de Brahman, que trasciende el tiempo, pasado, presente y futuro. Maya aparece en el fondo de Brahman debido al poder de Brahman. Por lo tanto, maya es ilusoria. El ejemplo de la plata sobreimpuesta a la madreperla ilustra una ilusión de la misma característica. La palabra pratipannopādhau significa el concepto ilusorio que “Brahman es en la forma del mundo de dualidad”, que surge de la calificación del fondo de Brahman (sin atributos). Este concepto es refutado por las declaraciones de las śrutis, como Neha nānā ‘sti kiñcana (Bṛhadāraṇyaka 4,4,19), “Aquí no existe nada diferente de Brahman, de ninguna manera”. Esta forma de refutación de maya y su efecto, el mundo dualista como una contradicción en el pasado, presente y futuro (Nāsīd asti bhaviṣyati, “No es, no ha sido, nunca será”) es característico de la ilusión. Esta característica de la ilusión también se da en el caso de la madreperla y la plata sobreimpuesta.

Lo que es abolido por el conocimiento es ilusorio. El mundo dual derivado del efecto de maya y la maya misma son abolidos por el conocimiento, por lo tanto, tanto el mundo como maya son ilusorios. Esto es similar al caso de la percepción de la plata, que es eliminada o refutada por el conocimiento de la madreperla. La capacidad de este tipo de revocación es característica de la ilusión.

En la palabra svāśrayaniṣṭha, sva significa el mundo dual, creado como el efecto de maya. La palabra āśraya significa “soporte” (el soporte o sustrato de maya), que es Brahman. Así, svāśraya-niṣṭha significa maya que ha tenido el soporte de Brahman. Por lo tanto, el mundo dual creado por maya es considerado como una no entidad por las shrutis, por ser contradictorio con Brahman, que es la única entidad. Esa contradicción es una forma de ilusión. El mundo inexistente, agobiado por la dualidad, aparece sobre el sustrato de Brahman, así como la apariencia de la plata está en realidad basada en la madreperla. La cuerda es la base para la aparición de una serpiente inexistente. La madreperla es la base de la apariencia de la plata. Del mismo modo, Brahman es la base de maya con su efecto, la dualidad del mundo.

Cualquier objeto diferente de la Realidad Suprema es, en principio, considerado ilusorio. Solo la única Realidad Suprema puede ser establecida por medio de una prueba. Que es sin faltas y fundamental para el conocimiento debe ser aceptado como prueba. Solo la shruti proporciona tal prueba impecable. Solo a través de ella se alcanza el conocimiento del omnipresente Brahman. Cualquiera de los seis modos de prueba: discernimiento, inferencia, analogía, declaración verbal, no reconocimiento o inconsistencia, que no surja de la shruti, todavía tiene la falla de la ignorancia. Ese es el conocimiento del Brahman Supremo omnipresente, que no puede ser alcanzado a través de esos medios de prueba.

De esta manera, maya, con su efecto, el mundo dual, es indescriptible. Todas las antedichas características de la ilusión se aplican a maya. La indescriptibilidad también se conoce como ilusión. El objeto, que es ilusorio, se sobreimpone a su sustrato debido a la ignorancia. Así como por el desconocimiento de la soga, la serpiente es sobreimpuesta a la cuerda, debido a maya el mundo dual es sobreimpuesto a Brahman.

Objeción: Si maya sobreimpone el mundo dual sobre Brahman, entonces, ¿qué impone a maya sobre Brahman? Si la misma maya hace esto, entonces hay un defecto lógico de autodependencia. Si algo diferente a maya sobreimpone a maya sobre Brahman, surge un defecto de dependencia mutua. Entonces, ¿cuál es la vía a través de la cual maya se sobreimpone? También hay que explicar que si no se puede mostrar una vía través de la cual maya se sobreimpone o si esa vía no existe, ¿cómo puede decirse que maya es sobreimpuesta a Brahman? Maya no puede. Si no es considerada la sobreimposición de maya, entonces maya se vuelve tan real como Brahman.

Respuesta: La sobreimposición de maya es a través de la misma maya. Maya es un tesoro de defectos. Por lo tanto, ni siquiera la autodependencia no se considera un defecto, sino más bien como un activo. En el mundo nos encontramos con muchos objetos que son autodependientes. Por ejemplo, una lámpara es autoluminosa, y también ilumina otros objetos. No necesita otra lámpara separada para ser iluminada. Del mismo modo, “palabra” es también una palabra capaz de describir todas las palabras del mundo, ella misma incluida. No se requiere otra palabra para explicarla. De la misma manera, maya sobreimpone el mundo dual a Brahman, mientras se sobreimpone a sí misma, sin necesidad de otro agente para ese propósito. Sri Sarvajñātma Muni, en su obra titulada Saṅkṣepa-śārīraka, explica la autodependencia de maya a través de tres ejemplos de conocimiento, Ser y diferencias:

Saṁvid dhuraṁ vahati tadviṣayo-payuktāṁ,
svātmanyapi svarasataḥ svaka-rūpasiddheḥ,
kārya-prapaṅca-parikalpana-mātma-mohāt,
moha-prakalpana-mapīti tatho-papannaṁ,
ātmā prasādhayati vedya-padārtha-jātaṁ,
svātmāna-mapya-vagati-kṣama-śakti-yogāt,
svājñāna-meva-midamātma-para-prakḹptau,
śaktaṁ bhavediti na kiñcana dauḥsthya-masti.
Bhedaṁ ca bhedyaṁ ca bhinatti bhedo,
yathaiva bhedāntara-mantareṇa,
mohaṁ ca kāryaṁ ca bibharti mohastathaiva
mohāntara-mantareṇa.

“Así como el conocimiento de un objeto como una vasija establece la existencia del objeto mediante la iluminación del objeto, también establece la existencia del propio conocimiento a través de la autoiluminación, como así también la ignorancia del Ser; es decir, maya se establece a sí misma, al tiempo que establece su efecto: la dualidad del mundo. Esto es lógicamente congruente. Al igual que el Ser individual, debido a su poder de conocimiento, puede iluminar un grupo de objetos, tales como un conjunto de vasijas, así como a sí mismo, del mismo modo la ignorancia puede ser discernida junto con la percepción de su efecto, el mundo dual. No hay defecto o inconsistencia en esa consideración. Así como “diferencia” significa una percepción de separación entre objetos, tales como una vasija y un paño, mientras distinguimos los objetos como mutuamente excluyentes, simultáneamente separa la percepción en sí de los objetos diferenciados; del mismo modo, la ignorancia también, sin ningún otro agente, concibe el mundo dual así como la ignorancia misma en Brahman”.

De esta manera, maya, que es sin principio, indescriptible y causa la concepción del mundo dual en el sustrato de Brahman, hace su propia concepción en la forma de percepción.

Los lógicos dicen: “Así como la oscuridad es la ausencia de luz y la felicidad es la ausencia de dolor, de la misma manera la ignorancia también debe ser considerada como la falta de conocimiento”. Pero esta comparación es errónea. Así como el conocimiento y la tristeza son perceptibles, de manera similar la oscuridad y la felicidad también son perceptibles. Si la oscuridad no es más que la ausencia de luz, entonces no debería ser capaz de cubrir ningún objeto, ya que es un hecho establecido que la ausencia de algo no puede cubrir nada. En la vasija, el paño está ausente y otras innumerables ausencias también residen en ella. ¿Cubren la vasija? No. Si lo hicieran, entonces nadie podría percibir la vasija. Pero esto no sucede. Por lo tanto, la ausencia no puede formar un velo. La oscuridad cubre la vasija y la tela, por lo que nunca puede ser solamente ausencia de luz. Es perceptible de la misma manera que la luz. Del mismo modo, la felicidad tampoco es simplemente la ausencia de dolor. Porque, al igual que una persona llora de dolor, también ríe de felicidad. Siendo la causa de la risa, la felicidad es perceptible, como el dolor. Del mismo modo, la ignorancia, siendo la causa de la cobertura es solo una percepción. No es la ausencia de conocimiento.

Shri Sarvajñātma Muni dice en su obra Saṅkṣepa-śārīraka:

Nābhāvatā ’sya ghaṭate varaṇātma-katvāt,
nābhāva-māvaraka-māhura-bhāva-śauṇḍāḥ,
ajñanamāvaraka-māha ca vāsudevaḥ,
tadbhāva-rūpa-miti tena vayaṁ pratīmaḥ.
Jāḍyaṁ jagatya-nugataṁ khalu bhāva -rūpaṁ,
mauḍhyaṁ ca puṅgata-miti pratibhāti tādṛk,
jāḍyaṁ ca mauḍhya-miti cānubhava-prasiddhaṁ
ajñana-māhura-pavarga-pidhāna-dakṣaṁ.

“La ignorancia es la causa del velo. En ella no hay ningún tipo de ausencia. La ausencia nunca puede cubrir algo. Los estudiosos de la doctrina Vaiśeṣika, que son capaces de explicar fenómenos como la ausencia, dicen lo mismo. El Señor Vāsudeva, Shrikrishna, también llama velo a la ignorancia en la estrofa Ajñanenā-vṛtaṁ jñānaṁ tena muhyanti jantavaḥ (5,15), “El conocimiento ha sido cubierto por la ignorancia, confundiendo a las criaturas”. Desde luego, sabemos que la ignorancia ha cubierto al conocimiento. La inercia de esa ignorancia se convierte en percepción, e impregnando a todos los objetos como una vasija y un paño, la inercia es reflejada (como esos objetos). La calidad de confundir de esa ignorancia que impregna todas las criaturas también se refleja como una percepción, similar a la inercia. Por eso, en la práctica, objetos como una vasija y un paño son inertes, y todas las criaturas se confunden y no disciernen. De esta manera, la ignorancia experimentada en las dos propiedades, inercia y confusión, también es una percepción. Por lo tanto, ha velado elegantemente a Brahman, cuya misma naturaleza es la liberación”.

El significado de la palabra maya es: = niṣedhaṁ, Adhiṣṭhāna-sākṣātkāre sati yā= yāti prāpnotīti māyā, Athavā mā vastuto ’vidyamānā ’pi vidyamānavat yā= yāti-pratītiviṣayatāmiti Māyā, “Maya es la que es negada cuando el sustrato es conocido, o lo que es percibido cuando el sustrato no es conocido”. Una vez más, maya es eso que no existe, sino que aparece como si existiera. El significado principal de maya es el no reconocimiento del Ser, o el olvido. Si investigamos la causa del olvido, no puede ser encontrar. Supongamos que alguien fue al mercado a comprar verduras con un paraguas en la mano, y volvió con verduras pero olvidó el paraguas. Si su esposa le preguntara, “¿Trajiste las verduras, pero ¿cómo puedes perder el paraguas?”, se daría cuenta de que hasta entonces no tenía idea de que lo había olvidado, pero le fue recordado por su esposa. Dirá, “Lo he olvidado en la verdulería”. Ella le responderá con firmeza: “¿Por qué lo has olvidado? Dame una razón”. Responderá, “Me olvidé. Pero no puedo decir por qué”. Si ella insistiera, podría molestarse y decir: “Solo me olvidé. No insistas más”. Habiendo dicho eso, se dispone a buscar el paraguas olvidado. Si en un asunto tan trivial no se puede dar una razón válida, ¿quién puede justificar un profundo descuido con respecto a la ignorancia excesiva, excepto la propia ignorancia? No hay sabiduría en el intento de comprender la causa de un error; lo aconsejable es remediarlo con un poco de esfuerzo.

Supongamos que mientras estás de compras, sin darte cuenta, se manchan tus pantalones limpios, y te das cuenta al volver a casa. Para saber dónde se mancharon, vas de nuevo tienda por tienda a preguntar de dónde y por qué se mancharon. ¡No sería algo cuerdo! Nadie puede negar que la mancha existe. Sin embargo, deberías tratar de limpiar la mancha. Valen la pena los esfuerzos en tratar de limpiar la mancha, en lugar de averiguar la causa. Del mismo modo, la ignorancia es un hecho establecido. Por su poder de velar causa obsesionamiento y por su poder de engañar causa dolor. Es inútil averiguar por qué y cuándo entró en la mente. Ser sabio es tratar de deshacerse de esta ignorancia perjudicial, y nuestros esfuerzos serán recompensados.

El olvido es natural y también da lugar a un conocimiento erróneo y engañoso. En este contexto, hace algún tiempo ocurrió esto que voy a relatar. Algunas mujeres punjabi habían llegado a Haridwar para bañarse en el Ganges. Se quedaron en nuestro ashram de Kankhal, en el Bungalow Suratgiri, durante dos meses. Una de ellas, una anciana viuda, solía llevar consigo, escondidos entre su ropa, billetes por un valor de 540 rupias. Con el fin de prevenir los robos, había una regla en el ashram que decía que todos los objetos de valor debían ser guardados por el encargado y se devolverían al propietario cuando fuera necesario. Pero la anciana había negado tener objetos de valor. Dos meses después, las mujeres decidieron regresar a Delhi en autobús. Al llegar a Mirut, la anciana olvidó que había guardado el dinero entre su ropa, y pensó que lo había dejado en el ashram. Este conocimiento equivocado, este engaño, había surgido de su falta de memoria. Lloró y se lamentó de que su dinero hubiera sido olvidado en el ashram, pensando que un criado sin duda lo robaría. Añadió que había llegado de Pakistán, tras su separación de la India, ocultando cuidadosamente el dinero, y que era su única posesión. Llorando desconsoladamente, perdió el conocimiento. Sus compañeras trataron de consolarla, e incluso enviaron al ashram un cable a este respecto. El ashram fue registrado, pero no se encontró ningún dinero. El encargado se puso furioso. Dijo que en el futuro estas mujeres no debían ser autorizadas a permanecer en el ashram. Mientras tanto, la desolada anciana llegó a Delhi. Debido al shock, dio vueltas toda la noche sin poder dormir. Por la mañana, sus compañeras le pidieron que tomara un baño. Cuando se desvestía para tomar el baño, encontró su dinero entre su ropa interior. Lo recordó todo, sus lágrimas dieron paso a la alegría de encontrar su dinero. Enviaron un cable al ashram dando la noticia, junto con una carta que narraba los hechos detalladamente.

De la misma manera, las criaturas engañadas se han olvidado naturalmente de su pura y perfecta naturaleza. Debido a la falta de memoria, han surgido varios engaños, que causan diversas calamidades. Este olvido es la misma maya.

Pregunta: Maya es como la oscuridad. Así como en el sol inmenso radiante no puede quedar rastro de oscuridad, ¿cómo puede permanecer maya en el autorrefulgente Brahman no dual?

Respuesta: A pesar de que en la oscuridad real no puede existir en el sol, la oscuridad puede ser sobreimpuesta sobre el mismo. Así como un búho, ciego durante el día, puede percibir la oscuridad no existente en el sol, también las criaturas engañadas perciben a la inexistente maya en el autorrefulgente Brahman. En efecto, la luz es de dos tipos: especial y general. A pesar de que la oscuridad no puede existir en la luz especial, sí puede existir en la luz general. Si la luz general nunca hubiera existido, nadie percibiría la existencia de la oscuridad. Cierras los ojos y dices: “Veo la oscuridad”. ¿Cuál es el medio a través del cual se percibe la oscuridad? Obviamente, la oscuridad no se puede ver por la oscuridad. Debes aceptar la existencia de un poco de luz a través de la cual se ve la oscuridad. Esa es la luz general. Ya que permite ver la oscuridad, no puede oponerse a la oscuridad. Lo que se opone a la oscuridad es la luz especial; en presencia de la luz especial, las tinieblas no existen. De la misma manera, la luz general de la conciencia puede hacer perceptible a la ignorancia. Puedes decir: “Yo soy ignorante”. La experiencia de la ignorancia solo puede ser tenida por medio de algún conocimiento. Si no existiera la luz del conocimiento de cualquier tipo, ¿cómo podría ser percibida la ignorancia, y por quién? Por lo tanto, no hay ninguna contradicción ni discusión sobre el hecho de que la ignorancia puede existir como un concepto dentro de Brahman, en la forma de conocimiento general o sabiduría.

Dado que maya se elimina a través del conocimiento de Brahman, maya no es la verdad suprema ni un principio eterno; es solo un objeto ilusorio sobreimpuesto. Por lo tanto, en todas nuestras escrituras como los vedas, la palabra maya se utiliza profusamente para significar algo ilusorio y prescindible:

Māyino dānavasya māyā apādayat (Ṛgveda 2,11,10), Māyinā-mamināḥ prota māyā (Ṛgveda 1,32,4), Nirmāyā u tye asurā abhavan (Ṛgveda 10,12,4,5), Indro māyābhiḥ puru-rūpa īyate (Ṛgveda 6,47,18), Bhūya-ścānte viśvamāyā-nivṛttiḥ (Śvetāśvatara Upaniṣad 1,10), ¡Māyā hyeṣā mayā sṛṣṭā yanmāṁ paśyasi Nārada! (Mahabhārat 12,39,45), Jvālāmāli sudarśanaṁ, tena māyā-sahasraṁ tacchambara-syāśugāminā... suviśodhitaṁ (Viṣṇu purāṇa 1,19-20).

“El arma de Indra, vajra, destruyó la ilusión de los demonios mayavi, los ilusionistas. Arrasaron la maya de los asuras mayavi. Cuando llegó el dios del fuego, se destruyeron todas las mayas de los asuras. Por lo tanto, se convirtieron en sin maya. Debido a maya, Indra, el Ser Supremo, aparece como muchos. Después de que el cuerpo es destruido, toda la maya en la forma de este mundo es destruida. Solo permanece maya debido a las acciones del pasado y esta también es destruida con el tiempo. ¡Oh Narada! La forma del cuerpo con la que me estás viendo ha sido creada por mi maya. Por lo tanto, no es la verdad suprema; es solo una ilusión. El Señor destruyó miles de mayas de Śambarāsura con Su veloz chakra sudarśana, el disco con una línea de antorchas ardientes”.

De esta manera, las declaraciones de varias escrituras ilustran claramente que maya puede ser eliminada. No es invencible. Por lo tanto, la declaración de los acaryas dualistas que maya se refiere al extraño poder del Señor, es un engaño. Esto es así porque cualquier objeto puede ser eliminado; incluso si posee extraños poderes, sigue siendo ilusorio, y por lo tanto no puede ser invencible, ni la verdad suprema. Así, maya es la causa material de la ilusión a través de la cual se producen diversos engaños. Es de la naturaleza de la ignorancia, y removible a través del conocimiento.

Sudāmā, el Brahmín, era amigo de la infancia del Señor Shrikrishna. Ambos estudiaron juntos con el mismo maestro en el ashram de Rishi Sandipani. Pero el destino de uno de ellos era convertirse en el rey de los reyes y el del otro era convertirse en indigente. La pobreza es la hermana mayor de la diosa Lakshmi. La pobreza estaba casada con Sudāmā y Lakshmi estaba casada con el Señor Shrikrishna. En este sentido, no solo eran amigos y condiscípulos, sino que también eran parientes por sus matrimonios. A pesar de que era pobre, Sudāmā no tenía deseos, era calmo, dueño de sus sentidos, conocedor de Brahman, y un devoto del Señor. Un día la esposa de Sudāmā, que siempre estaba afligida por el dolor de la pobreza, le dijo:

¡Señor! Tu amigo, el Señor Shrikrishna, es de hecho el esposo de Lakshmi. Es muy compasivo, devoto de los brahmines y afectuoso con los que se refugian en Él. Por favor, acércate a Él. Te dará un montón de dinero, y eliminará tu dolorosa pobreza.

Después de escuchar estas humildes súplicas, Sudāmā decidió ir a la ciudad de Dwaraka para recibir la bendición de la fuente de la Dicha, el más poderoso de todos, el Señor Shrikrishna. Sudāmā dijo a su esposa:

Debes darme algún regalo para el Señor Shrikrishna, porque se dice en las escrituras: Riktahasto na gaccheta rājānaṁ devatāṁ guruṁ, “Nunca te acerques a un rey, diosa, o gurú con las manos vacías”. Debo llevar algún regalo conmigo. El Señor Shrikrishna es nuestro rey, es Dios, y el gurú del mundo.

Entonces, ella tomó prestados de un vecino cuatro puñados de chivda, arroz seco; los envolvió en una tela hecha jirones y dio a Sudāmā para el Señor Shrikrishna.

Sudāmā llegó con el regalo al palacio del Señor en la ciudad de Dwaraka. El Señor Shrikrishna, sentado en su amada cama, se levantó rápidamente para recibir a su amigo Sudāmā y le dio un gran abrazo. Honró a Sudāmā como a su hermano mayor. El Señor empezó a recordar acontecimientos de su infancia, cuando estaban en la casa de su gurú. Mirando con amor a su amigo Sudāmā, le preguntó: “¿Qué has traído para mí?”. Luego, vio algo envuelto en un paño y lo tomó. Con mucho respeto, le dijo: “Este chivda es mi favorito”, y comenzó a comer. A cambio, el Señor, secretamente, dio a Sudāmā mucho dinero y riqueza. Después de unos días, Sudāmā pidió permiso del Señor para volver. Muy feliz de haber visto al Señor, comenzó el viaje de regreso a su hogar. En su camino, Sudāmā pensó:

Kvā ’haṁ daridraḥ pāpīyān, kva kṛṣṇaḥ śrīniketanaḥ,
brahma-bandhuriti smāhaṁ bāhubhyāṁ parirambhitaḥ.
Adhano ’yaṁ dhanaṁ prāpya mādyan-náuccairna māṁ smaret,
iti kāruṇiko nūnaṁ dhanaṁ me bhūri nādadāt (Bhāgawat 10,81,16-20).

“¡Qué contraste! Yo soy un pobre brahmín pecador, Él es el Señor de la Riqueza, ¡el Señor Shrikrishna! Aun sabiendo que soy un brahmín, me abrazó firmemente con sus dos brazos. Sabiendo que si una persona pobre llega a conseguir dinero, se vuelve arrogante y no lo recordaría más, ese océano de compasión no me ofreció ni siquiera un poco de dinero”.

Con estos pensamientos acerca de sí mismo y el Señor, Sudāmā llegó a su casa. Vio que en lugar de su choza en ruinas había una mansión. Sudāmā pidió a la gente que pasaba de quién era esa casa. ¿Dónde estaba su cabaña? En ese momento, la esposa de Sudāmā, después de haber oído la noticia de que Sudāmā había llegado, se vistió y llevando todas sus joyas, se apresuró a darle la bienvenida. Al ver la riqueza proporcionada en secreto por el Señor, Sudāmā dejó de pensar en la compasión y generosidad del Señor. Abrumado por el amor, empezó a vivir en la lujosa casa con una actitud desapegada.

Una vez, el Señor Shrikrishna visitó a su amigo para ver cómo estaba. Sudāmā estuvo encantado de ver al Señor ante su puerta. Sudāmā era un sabio devoto. No discutía asuntos mundanos con el Señor, solo hablaba sobre Brahman y maya, que se refugia en Brahman y hace de Brahman su objeto. Sudāmā dijo:

¡Señor! ¿Cuál es tu maya?

Maya es lo que en realidad no existe —dijo el Señor—, pero que parece existir y crea continuamente todo tipo de ilusiones.

¿Cómo puede un objeto que no existe realmente parecer existente? Un hijo de una mujer estéril no existe, por lo que no puede ser visto. De la misma manera, ya que maya no existe, no debería poder ser vista en forma de varias ilusiones.

Maya es más extraña que el falso hijo de una mujer estéril, es por eso que se la ve. Al igual que un mago puede manifestar objetos inexistentes, Yo, el Señor Supremo de todas las ilusiones, puedo manifestar la dualidad inexistente del mundo a través de maya.

¡Señor! No puedo entender en absoluto cómo maya, que crea objetos ilusorios y los hace parecer tan reales, no existe en sí misma dijo Sudāmā humildemente . ¿Qué extraños poderes tiene ella por los que, a pesar de que no existe, puede hacer aparecer a sí misma y a la dualidad del mundo? Por favor, dame un ejemplo.

Para explicarte maya, ¿debería darte un ejemplo de una escritura o uno práctico?

¡Maestro! He oído muchos ejemplos de las escrituras. Sería muy bueno si me dieras un ejemplo práctico.

De acuerdo, lo tendrás —dijo el Señor—. Pero ahora vamos a tomar un baño en el río. También deseo comer rotis calientes hechas por mi cuñada, Bhabhi, con sus propias manos. Vamos a tomar un baño mientras los prepara.

Con el consentimiento de su esposa, Sudāmā y el Señor fueron a la orilla del río. El Señor se dio un chapuzón en el río, regresó a la orilla y se puso su ropa de seda amarilla. Dijo a Sudāmā:

¿Qué miras? ¡Rápido! Termina tu baño. Tengo mucha hambre.

Cuando Sudāmā se sumergió en el río, el Señor decidió darle el ejemplo práctico de maya. Como en un sueño, Sudāmā se vio a sí mismo siendo arrastrado por la corriente del río. Olvidó quién era y de dónde venía. Fue arrastrado lejos, y, finalmente, con mucho esfuerzo, llegó a la orilla. Vio ante sí una gran ciudad próspera y miles de ciudadanos que iban al río para bañarse. Entre ellos estaba la joven y exquisitamente bella princesa del rey de la ciudad. Ella vio a Sudāmā, que ahora era un joven muy guapo. La princesa llevó a Sudāmā al palacio. Con el consentimiento de su padre, se casó con él. Ahora Sudāmā comenzó a vivir feliz con su esposa, la princesa, en esa ciudad ilusoria.

Con el paso del tiempo tuvo varios hijos. Pasaron unos treinta y cinco años, durante los cuales tuvo seis hijos y una hija. También crecieron y tuvieron sus propios hijos. Sudāmā ni siquiera era consciente de cómo pasaban los días, tan llenos de diversión. De repente, su esposa se enfermó, a pasar de largos tratamientos, sucumbió a la enfermedad. Sudāmā lloró, golpeándose el pecho. Así como en el pasado había una regla que decía que una esposa debía saltar a la pira funeraria del cuerpo de su marido muerto, también existía una norma en esta ciudad ilusoria que el marido debía saltar a la pira funeraria con el cuerpo de su esposa muerta. En esa ciudad, ver la cara de un viudo era considerado no auspicioso. Por lo tanto, aunque el viudo no quisiera morir, se vería obligado a saltar a la pira funeraria de su esposa. Las personas le recordaron la regla al apenado Sudāmā:

¿Por qué lloras por la muerte de su esposa? Junto con su cuerpo, también te enviaremos a ti al fuego.

De repente, Sudāmā despertó. Hasta ese momento había estado llorando por su esposa muerta, pero ahora empezó a llorar más fuertemente por sí mismo. Cruzó las manos y pidió a la gente a su alrededor:

Soy un extranjero. Sus reglas no se aplican para mí. No quiero morir ahora. No voy a permanecer más tiempo en su país. Quiero ir a otro lugar. ¡No me quemen!

Sí, sin duda eres un extranjero —le respondió la gente—, pero te casaste con una mujer de este país, por lo que estás sujeto a la ley de este país. Tendrás que ser quemado en la pira funeraria de tu esposa.

Sudāmā estaba aterrorizado, rogó a las personas que le perdonaran la vida. Todos gritaron:

¡No hay manera de que seas perdonado! Se te quemará junto con el cuerpo de tu esposa.

Miró a sus hijos con pena, pero sus hijos repitieron:

¡Padre! Debes cumplir con la ley de este país. Junto con nuestra madre, serás arrojado a la pira funeraria.

Sudāmā dudó y trató de escapar. La gente lo atrapó, lo ataron al cadáver y lo llevaron al crematorio.

Después de tanto tiempo, en su momento de crisis, Sudāmā recordó al Señor. Le oró mentalmente al Señor para que lo proteja del inminente desastre, “¡Oh Maestro! ¡Lleno de compasión por los oprimidos! Por favor, tal como corriste para salvar a Gajendra, el Rey Elefante, ven de inmediato con tu chakra (disco) sudarshan para salvarme de estos malvados captores. No quiero morir ahora. Estas personas me están llevando por la fuerza para matarme, quemándome vivo. ¡Oh, océano de compasión! Por favor, date prisa”. Después de orar así, el Señor no apareció para defenderlo, entonces Sudāmā concluyó que definitivamente, iba a ser quemado vivo. Es una manera horrible de morir. Pensó que sería mejor si se ahogara en el agua. En comparación con el fuego caliente, el agua fría sería menos difícil. Le dijo a la gente:

Estoy dispuesto a morir. Pero como soy un brahmín, antes de morir me gustaría bañarme en el río cercano y recordar a mi deidad venerada. Por lo tanto, denme un poco de tiempo antes de quemarme.

La gente accedió. Para asegurarse de que Sudāmā no huiría, enviaron con él a unos jóvenes guardias armados. Sudāmā fue al río, y cerrando su nariz se zambulló en el agua para acabar con su vida. Pero acabar con la propia vida de uno es un trabajo muy difícil. Bajo el agua estaba angustiado, y no pudo permanecer más tiempo sumergido. Sacó la cabeza del agua. En la orilla, en vez de jóvenes armados, vio pasar al Señor, la fuente de Dicha, moreno y guapo. Shrikrishna sonreía llevando un vestido amarillo. Sudāmā, asustado y muy angustiado, se tranquilizó al ver al Señor. Sudāmā preguntó a Shrikrishna con voz temblorosa de miedo:

¡Señor! ¿Cuánto hace que estás aquí? ¿Dónde están los guardias armados?

El Señor, sorprendido, dijo:

¿Qué? ¿Quién? ¿Te sientes bien? Vinimos aquí hace un rato. Sal del agua. Tengo tanta hambre. Volvamos a tu casa.

Tembloroso y asustado, Sudāmā salió del agua. Miró a su alrededor, buscando a los guardias armados. El Señor tomó a Sudāmā de la mano y dijo:

¡Sudāmā! ¿Por qué tienes miedo? ¿Por qué tiemblas? ¿Qué te pasó?

Sudāmā narró el incidente al Señor y le dijo:

¡Maestro! ¿Qué vi? Todo era real, sin embargo, ¡ahora no puedo ver nada! Durante treinta y cinco años pasé por tantas cosas. Tenía una bella princesa por mujer. Tenía hermosos hijos... La gente me había llevado al crematorio, para quemarme junto con el cadáver de mi esposa.

El Señor sonrió y dijo:

Todo esto fue mi maya. Ella es una experta en hacer que ocurra lo improbable. Ella hace posible lo que aparentemente es imposible. Fue ella la manifestó la visión ilusoria ante ti. Fue ella la que te hizo sentir que un momento duró treinta y cinco años. En realidad no fue nada. ¡Pero a cuánta alegría y tristeza te sometió, a causa de este incidente no existente! Es la naturaleza de maya el hacer que uno se olvide de sí mismo para manifestar lo que es inexistente y crear distracciones. Conforme a tu solicitud, te di un ejemplo práctico de la naturaleza de maya.

Atemorizado por esta experiencia directa de la maya del Señor, Sudāmā llegó a su casa. Vio a su mujer preparando rotis y dijo:

¿Has estado haciendo rotis durante treinta y cinco años?

Luego, Sudāmā contó detalladamente a su esposa lo ocurrido.

Es cierto que maya es eso que a pesar de ser no existente crea muchos engaños ilusorios, y cuya existencia termina por el conocimiento.

Además, maya es difícil de superar. No es una fácil liberarse a uno mismo de su red. Sin experiencia directa de Brahman, no es posible superar o resolver los efectos de maya. Así como solo la luz puede destruir la oscuridad y no hay otro medio eficaz en la eliminación de las tinieblas excepto la luz, así también solo la experiencia directa de Brahman destruye maya. El Señor explica precisamente este medio para superar maya en la segunda parte de la estrofa 14: Māmeva ye prapadyante māyāmetāṁ taranti te, “Solo aquellos que experimentan directamente mi naturaleza subyacente pueden superar a maya”. En la palabra compuesta māmeva, que significa “solamente yo”, la palabra eva, que significa “solamente”, refuta cualquier otro objeto conocido y hace hincapié en el conocimiento de Brahman, el uno sin segundo. El Señor dice: “Yo, el Supremo, soy sin divisiones internas o diferencias; soy sin atributos, soy eternamente puro, omnisciente, libre, no dual, océano de dicha, Brahman, Conciencia. Solo los que me conocen, que tienen la experiencia directa de mí como su propio Ser, superan la causa de todos los desastres, maya, que tiene las tres cualidades. En otras palabras, destruyen a maya a través del conocimiento”. Sarvaṁ jñāna-plavenaiva vrajinaṁ saṅtariṣyasi (Gītā 4,36), “A través del bote del conocimiento cruzarán fácilmente el océano de todos los pecados”. Yadā te moha-kalilaṁ buddhir-vyatitariṣyati (Gītā 2,52), “Cuando tu intelecto cruza el lodo del obsesionamiento”. En ambas estrofas se utilizan declinaciones del verbo tara, que significa “cruzar”. El contexto sugiere que la palabra “cruzar” se ha utilizado con el significado de “destruir”. A pesar de que se llama barco al conocimiento y océano a los pecados, y se ha utilizado la adecuada palabra “cruzar”, los pecados están en el corazón, y el conocimiento surge en el corazón. Por lo tanto, el conocimiento destruye los pecados. Del mismo modo, la suciedad del obsesionamiento está en el entendimiento, y el discernimiento del conocimiento limpia la suciedad. Entonces el intelecto se vuelve puro. En ese sentido, “cruzar” es la destrucción de la suciedad del obsesionamiento.

Por otra parte, en las declaraciones de las shrutis como Sarvaṁ pāpmānaṅ tarati (Bṛhadāraṇyaka Upaniṣad 4,4,23), Tarati Brahmahattyāṁ (Śatapatha Brāhmaṇ), Tarati śokamātmavit (Chāndogya Upaniṣad 7,1,3), la palabra tarati o “cruzar” ha sido utilizada exclusivamente en el sentido de “destruir”. En las declaraciones de las shrutis y smritis como Viśvā-māyānivṛttiḥ (Śvetāśvatara 1,10), Jñānena tu tadajñānaṁ yeṣāṁ nāśitamā tmanaḥ (Gītā 5,16), se hace hincapié en la destrucción de maya a través del conocimiento.

Por lo tanto, el verbo prapadyante significa el logro de conocimiento de primera mano. Sin conocimiento, la ignorancia en forma de maya no es destruida. Ese conocimiento, que es completo y no modificado, surge en la mente que se funde con Brahman, y de la contemplación concentrada de las declaraciones del vedanta. Es la culminación de todas las buenas obras. Esto es logrado solo cuando la meditación constante llega a la plenitud. El erudito lo llama conocimiento absoluto, nirvikalpa sākṣatkār. Destruye la ignorancia y sus efectos, como el obsesionamiento y el remordimiento. Experimentando el Ser ininterrumpido y no dual como una masa de consciencia y dicha, con un estado de ánimo tal, es el logro del Señor. Solo a través de esta experiencia, maya es superada sin esfuerzo.

Así es que solo vale la pena conocer el Ser eterno, el Brahman trascendental. Tameva dhīro vijñāya prajnāṁ kurvīta brāhmaṇaḥ (Bṛhadāraṇyaka Upaniṣad 4,4,21), “Un brahmín con el intelecto firme debe conocer solo Eso, y fundir su intelecto con Eso”. Tadātmānamevāvavet (Bṛhadāraṇyaka Upaniṣad 1,4,10), “El vino a aprender acerca de sí mismo”. Ātmetyevo-pāsīt (Bṛhadāraṇyaka Upaniṣad 1,4,7), “Decide que el Ser Supremo es ciertamente tu propio Ser, y adóralo a Él solamente”. Tameva viditvā ’ti mṛtyumeti (Śukla Yajurveda 31,18), “Solo conocerle trasciende la muerte en forma de ignorancia”. Estas y otras declaraciones de las shrutis determinan que solo el Ser vale la pena ser conocido. Por lo tanto en la Gita, que está basada en las shrutis pero es de la forma de smritis, recuerdos, el Señor no solo dice “Yo”, sino que dice “solo Yo”.

Pregunta: Entonces, en lugar de decir prapadyante (lograr), el Señor debería haber dicho prapaśyanti (contemplar). Pero el Señor no ha dicho prapaśyanti, sino prapadyante. ¿Qué significa esto?

Respuesta: De acuerdo con el significado de la palabra prapadyante el buscador, habiendo tomado refugio en Mí, sigue pensando en Mí incesantemente, el Ser Supremo, Shrikrishna. Se puede alcanzar el conocimiento por Mi gracia. Cuando el conocimiento llega a su plenitud, tiene una experiencia directa de Mí. Luego se libera al vencer a maya”. Esta es la razón por la que el Señor usa la palabra prapadyante (lograr) en lugar de la palabra (contemplar).

Al decir esto, el Señor hace hincapié en que los medios y el objetivo están unidos, mientras que la palabra prapaśyanti solo hace hincapié en la meta y no el medio. Sin los medios, el objetivo no puede ser alcanzado. Por lo tanto, manteniendo en mente la meta alcanzada por sadhana o el proceso para alcanzar la meta, el Señor omnisciente usa la palabra prapadyante. La palabra prapatti, durante la etapa de buscador debe ser tomada en el sentido de “buscando refugio”, y en el etapa de plenitud, debe ser tomado en el sentido de “logro del conocimiento”.


[1] En lo sucesivo, maya es referida como “ella” o “eso” en función del contexto. Como ignorancia primaria, maya es llamada “eso”.
[2] Hay dos causas para la creación: fundamental y material. Por ejemplo, la causa fundamental de una vasija de barro es el alfarero y la causa material es la arcilla.

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