lunes, 28 de enero de 2013

Estrofa 17

Tesam jñānī nityayuktaḥ,
eka-bhaktir-visisyate,
priyo hola jñānino 'tyartham
-aham sa ca mama priyaḥ (Gītā 7,17).

“Entre los cuatro tipos de devotos que he mencionado, el conocedor, que está establecido en mí con decisión y tiene devoción total, es mi mayor devoto. Esto se debe a un tremendo amor del devoto conocedor por mí y mi gran amor por él”.

La fuente de la dicha, el Señor Shrikrishna, alaba a sus devotos conocedores, diciendo que los conocedores son los mejores porque están firmemente establecidos con devoción total. A esos devotos, que se olvidan del mundo dualista de nombres y formas, considerándolo inútil e ilusorio, lo desechan, y se mantienen establecidos constantemente en el Ser, se les llama nityayukta. La mente de una persona torpe e ignorante queda atrapada en los nombres y las formas sobreimpuestos del mundo ilusorio. 

Esa persona piensa constantemente en ellos, en los nombres y las formas, por lo tanto experimenta obsesionamiento y dolores de diversos tipos y se confunde. Pero los conocedores calman sus ondas de pensamientos practicando el desapego del mundo ilusorio. Establecen sus pensamientos en la fuente de dicha, el Ser no dual, a través de prácticas espirituales. Como resultado, están siempre absortos en la dicha. Un sentimiento de desapego hacia un objeto y la falta de atracción, solo pueden suceder cuando uno ve excesivos defectos en ese objeto. Sin esta observación, la atracción por ese objeto no puede terminar. Una serpiente negra es muy delicada y suave, pero tan pronto como escuchamos la palabra nos preocupa y nos estremecemos de miedo, porque vemos excesivos defectos en la serpiente. Sabemos que a pesar de que es de un hermoso color negro, también es venenosa. Si incluso una pequeña gota de veneno entra en nuestra sangre, estamos listos. Toda nuestra vida quedaría arruinada. Por lo tanto no queremos ni siquiera mirarla, mucho menos tocarla. Del mismo modo hay frutos venenosos que se ven muy atractivos, y un ignorante podría erróneamente creen que esos frutos son también muy dulces al paladar. Pero cuando uno se entera de que el fruto es venenoso no quiere tocarlo aunque haya estado hambriento durante días, ya que entiende que comer esa fruta lo dejaría inconsciente. De esta manera, el reconocimiento de los defectos excesivos nos libera de la atracción e infunde indiferencia.

El conocedor también observa excesivos defectos en el mundo afligido por la dualidad; está seguro de que el mundo de la dualidad no es real, sino una mera sobreimposición creada por la ignorancia. Su naturaleza ilusoria es imperceptible al principio, luego visible y finalmente perecedera. Así, desviando sus pensamientos de este mundo ilusorio, los compromete con el único dichoso Ser Supremo. Se dedica únicamente al Uno, profundamente enamorado del Uno sin segundo, el Principio imperecedero, se vuelve uno con Él. Siempre discierne que todo en todas partes es de la naturaleza de Dios. Como su exaltada visión pura está llena con el único dichoso Ser Supremo, no ve nada en el universo que no sea el Principio Divino. Dado que para él que el Principio divino es lo más grande y más querido, ve, oye, conoce y se preocupa solo por eso. Siempre está absorto en Él. Debido a su devoción concentrada y su fidelidad al Ser Supremo, que es la única Verdad, su atracción y deseo por todo lo demás ha desaparecido para siempre. El Señor continúa describiendo algunas de las características de Su devoto en la Gita.

Yo na hṛṣyati, na dveṣṭi, na śocati, na kāṅkṣati,
śubhāśubha-parityāgī, bhaktimān yaḥ sa me priyaḥ (Gītā 12,17).

Nunca se alegra, ya que uno está feliz solo después de alcanzar un deseo, y él no considera deseable ninguna otra cosa que el Señor. Su alegría no es causada por ninguna otra cosa. Él no odia nada, porque el odio es causado por un objeto que nos desagrada, y en el universo no ve nada desagradable. En todas partes, en diferentes formas, se le aparece el amado Señor. Para alguien que tiene plena confianza, ¿cómo puede haber odio? No se lamenta. Uno solo se lamenta al separarse de algo querido. Sin embargo, el amado Señor nunca está separado, ya que no existe otro objeto para el devoto. Cuando nada más existe, ¿cómo puede surgir amor por otra cosa? Por lo tanto, está totalmente libre de angustia. No desea nada más, porque no hay nada que no sea el Señor, que sea digno de ser deseado. Por lo tanto, está libre de deseo. Abandona todo lo santo y lo profano, que es la dualidad del bien y el mal, y está inmerso en la dicha no dual, vivificante, prístina. Ese devoto es el más querido para mí.

Él se dedica solo al único Señor, quien aparece como todas las criaturas en diferentes formas. Esa es su experiencia inquebrantable. Tal fue la experiencia del más destacado de todos los devotos, Narasimha Mehta.

Akhila-brahmāṇḍamāṅ eka tū śrīhari,
jujave (aneka) rūpase tūhi bhāse,
ghāṭ ghaḍyā pachī, nāma-rūpa jujavāṅ,
aṅte to hemanu hema hoye,
jahāṅ lagī ātmā tattva cintyo nahīṅ,
tahāṅ lagī sādhanā sarva jhūṭhī.

“En el mundo entero Tú, Shrihari, eres el Único; solo Tú apareces en diversas formas. Una vez realizada la pulsera, aparecen su nombre y forma, pero el oro sigue siendo oro, donde el nombre y la forma desaparecen. Cuando no se contempla el Principio del Ser, todas las prácticas espirituales son en vano”.

Ese devoto sabe, “El único Shrihari, que es el Señor, es el Ser interior de todos. Él es yo, y no es diferente de mí”. El Bhagawat dice lo mismo: Pratyak cakāsti bhagawāṅstamavehi so ’smi (4,22,37). El Señor Shrihari brilla como el mismo Ser en medio del trabajo.

Vamos a analizar la cita del Bhagawat. Prati-aṅcati-asajjaḍ-duḥkha-rūpa-dehādibhyaḥ prātikūlyena saccidānaṅda-rūpeṇa prakāśata iti pratyak; Prati es contrario a lo que es impermanente, inerte y lleno de miseria. El Uno que brilla como existencia-conciencia-felicidad se llama pratyak. Ese es el Señor. Conoce, afirma, determina: “Yo soy Ese Ser aparente, el Señor”, y permanece absorto en el principio del Uno sin segundo.

La palabra “uno” significa indivisible, no diferente, no otro, lo mismo. El Ser Supremo es verdaderamente mi propio Ser sin ninguna diferencia. ¿No es cierto que todo el mundo tiene amor inquebrantable por sí mismo? Por supuesto, el amor del Ser es evidente. Por lo tanto el conocedor tiene amor desinteresado y puro, con sentimiento de unidad por todos. El néctar, que es de la naturaleza de existencia, conciencia y felicidad, ha invadido a todas las criaturas sin diferencia y sin división, en toda la sobreimposición de nombres y formas. El conocedor bebe ese perfecto y dulce néctar divino continuamente, y está siempre extático. La famosa gran declaración tattvamasi indica también el mismo Principio. Elimina la diferencia imaginaria entre la criatura individual y la divinidad, y verifica el Principio de la no diferencia.

Por lo tanto, el maestro de Shāriraka (en relación con el Ser encarnado) Sarvajñātmamuni aconseja así al lector:

Asthūlādi-vaco-nirasta-nikhila-dvaita-prapañcaṁ paraṁ,
jāgrat-svapna-suṣupti-varjita-midaṁ pratyak svarūpaṁ tathā,
ekīkṛtya paraspareṇa padayorartha-dvayaṁ tattvataḥ,
pratyak cādvaya-madvayaṁ ca taditi prekṣasva niḥsaṁśayaṁ.
Advaitaṁ pariśodhitaṁ bhagavato viṣṇoḥ paraṁ yatpadaṁ,
tacchabdena samarpitaṁ parigṛhī-tādeya-mātma-prabhaṁ,
yacco-pādhi-vivarjitaṁ tava nijaṁ sākṣāt-svarūpaṁ tayo-
rekatvaṁ parivarjita-vyavadhikaṁ pratyakṣa-mīkṣasva bhoḥ!
Anṛta-jaḍa-vibhakta-duḥkha-tucchā-sahana-vapuḥ
paramaṁ padaṁ murāreḥ,
pari-hṛta-sakala-prapañca-mātmā,
tava tadavehi tamo nirasya vākyāt (1,264-265-266).

Cuando las declaraciones de las upanishads como Asthulamanaṇu (Bṛhadāraṇyaka 3,8,8) arrasan el mundo agobiado por la dualidad, se establece el carácter no dual del Ser Supremo. El Ser aparente es experimentado directamente en el estado turiya (cuarto), que carece de los tres atributos de vigilia, sueño y sueño profundo. ¡Oh, buscador! A través de la gran declaración de las upanishads tat tvam asi (Chāndogya 6,12,1), elimina cualquier duda de que las palabras “aquello” y “tú”, que significan el Ser Supremo y el Ser aparente, son recíprocamente una y la misma; y ten la convicción de que el Ser aparente es Brahman no dual, y Brahman no dual es en verdad el Ser aparente. Contempla esta declaración sin cesar. Experimenta directamente el principio de la no diferencia. Las declaraciones de las upanishads como satyam jñānamanantaṁ brahma (Taittirīya 2,1,1) inequívocamente declara que el Señor Vishnu es el estado más alto. En su naturaleza, ese estado es no dual. Es expresado a través de la declaración tat tvam asi, “Tú eres Aquello”. Es autoluminoso, vale la pena alcanzarlo, y es puro en su naturaleza. Tu verdadera naturaleza es sin atributos, como por ejemplo el cuerpo. ¡Oh, buscador! Experimenta la unidad de los dos tipos de la naturaleza. A través del conocimiento, elimina la diferencia entre los dos que surgen de la ignorancia y la imaginación, y experimenta directamente la no diferencia absoluta de la realidad suprema. El estado supremo del Señor Vishnu, Murari (el destructor del demonio Mura), no admite la dualidad, que es la mentira, la inercia, la división, la miseria, y es despreciable. Es maravillosa, perfecta, no dual. A través de la contemplación todo el mundo es neutralizado. Es tu Ser. Conócelo aboliendo la ignorancia por medio de la gran declaración. Verifica la unidad: tú eres eso y eso eres tú.

El devoto comprueba la unidad, se convierte en uno con ello por la contemplación, y goza continuamente de la gran, divina y pura, dicha no dual. Cuanto mayor es la renuncia a la dualidad, mayor es el disfrute. Por eso, la Ishāwāsya Upanisad dice tena tyaktena bhuñjīthāḥ, que significa, el disfrute de la dicha no dual surge a través de la renuncia y el desapego, y a través de ese disfrute, aumenta la renuncia. Hasta que uno no ha alcanzado el éxtasis de la beatitud no se puede abandonar los despreciables e insípidos goces sensoriales. Un hombre sale de su choza, sucia y rota, solo cuando es capaz de abandonarla por una casa mejor. Es la naturaleza de la mente no renunciar a algo degradado hasta conseguir otro excelente. Las mujeres pobres usan joyas de plata barata solo hasta que consiguen buenas joyas de oro. Tan pronto como consiguen joyas de oro, dejan de usar las joyas de plata. Si consiguen joyas de diamantes, aún mejores, abandonan las joyas de oro. De esta manera, cuando la mente humana alcanza la dicha del perfecto Brahman no dual, por sí misma abandona el insípido y despreciable disfrute de los sentidos. Fácilmente abandona su apego a los nombres y las formas ilusorias, que obstaculizan el logro del gran gozo. No puede tenerse la gran dicha sin abandonarlas; solo la renuncia puede otorgar el logro de la dicha perfecta. Esta conclusión está establecida por ambos argumentos de las upanishads y la experiencia de primera mano del devoto conocedor.

Muchas escenas diferentes son sobreimpuestas al vidente. Solo son apariencias ilusorias. Por lo tanto, el conocedor solo ve el Uno en todas partes; a pesar de que mira las escenas sobreimpuestas, ni siquiera las percibe. Tiene devoción y amor intenso solo por el sustrato. Está siempre establecido solo en eso. Esto significa que todos sus pensamientos se dirigen solo hacia Eso. Solo ve Eso, solo oye Eso, solo saborea Eso, solo toca Eso, solo huele eso. Duerme solo en Eso, se despierta solo en Eso, solo recorre Eso. Sí, para él solo eso vale la pena ser visto, escuchado, saboreado. Está completamente desinteresado en cualquier sujeto; solo Eso es el sujeto de todos sus pensamientos. A pesar de que no es cognoscible, Él lo conoce por experiencia. De esta manera, su mente, establecida solo en eso, rompe toda relación con la diversidad. Su devoción por el Uno gobierna la devoción por los muchos. La diversidad aparente es solo fabricada. Lo que se fabrica es sin sustancia. La ciencia de Pātanjal-yoga afirma: śabda-jñanānupātī vastu-śūnyo vikalpaḥ (1,9), la invención se define como aquello para lo que se utilizan palabras para señalar su significado, pero cuando es investigado, el significado desaparece. Este asunto puede ser comprendido con el siguiente ejemplo.

Había un renunciante de gran alma vagando a las orillas del Ganges. Nunca dejó su cauce. Preparaba su comida con agua del Ganges. Bebía agua del Ganges. Se bañaba en agua del Ganges. Cada vez que veía un buen lugar solitario a orillas del Ganges, se quedaba en ese lugar durante cuatro a seis meses. Una vez, estaba viajando de esta manera de un lugar a otro. Se encontró con un devoto que buscaba su compañía a menudo. El devoto era un pensador con discernimiento y estudiante de vedanta. De repente, al ver el gran ser, después de muchos años, el devoto estaba encantado. Se inclinó ante el mahatma y después de preguntarle por su bienestar, dijo el devoto:

¡Maharaj! Te encuentro después de mucho tiempo. ¿Podrías pasar unos días en mi pueblo? Mi casa se encuentra en un lugar apartado en el Ganges. Por favor, quédate allí todo el tiempo que quieras. Por favor, da la gracia a tus devotos del beneficio de tu compañía y la oportunidad de servirte. Debes aceptar mi petición.

El mahatma quería honrar la petición del devoto y dijo:

¡Muy bien! Vayamos a tu pueblo.

¡Señor! Debes estar muy cansado —respondió el devoto—. Mi carro está aquí. Por favor ven y siéntate en él.

¡Sí! Este cuerpo está cansado, sin dudas —dijo el mahatma.

Mi carro es muy cómodo. También me sentaré en él, a tus pies; sería muy bueno escuchar sobre Brahman en el carro. ¡Oh! Qué suerte tengo de tener la compañía de un santo, al igual que una persona sedienta al conseguir un trago de deliciosa agua fresca.

El mahatma pensó: “Este devoto que adora el vedanta quiere hablar sobre Brahman en el carro. ¿Por qué no darle este beneficio ahora mismo? Se dice que no es adecuado retrasar lo auspicioso. ‘La mejor filantropía es la inmediata’”. Con elocuente buen humor, dijo:

Dices que tu carro está aquí y quieres que me siente en él. Pero yo no lo veo. ¿Dónde está?

Sorprendido ante las palabras del mahatma, dijo el devoto:

¿Qué estás diciendo? ¡Maharaj! El carro está aquí. ¿Cómo es que no puedes verlo? ¿Tienes un problema en la vista?

Con una sonrisa en su rostro, el amoroso Mahatma aseguró:

Tengo una vista perfecta, pero igual no puedo ver tu carro. ¿Tú lo ves?

¡Maharaj! Puedo ver mi carro. Está aquí al lado.

¿Qué se puede hacer, si el carro no puede ser encontrado, ni aun estando cerca? —dijo el mahatma.

¿Por qué no puede ser encontrado? Está aquí ante nuestros ojos.

Estás diciendo que hay un carro, y yo digo que no hay ninguno.

Si no puedo demostrar lo que digo, por favor, golpéame varias veces —respondió el devoto.

Vamos. Muéstrame tu carro. Dices que está justo delante de nosotros —dijo el mahatma.

El devoto fue a su carro con el mahatma. Poniendo su mano en una rueda, dijo que ese era su carro. Mahatmaji apresuró a decir:

Esto es una rueda.

Luego, el devoto puso su mano sobre el yugo y dijo que se trataba de su carro. Mahatmaji respondió que era un yugo al que estaban atados los bueyes. Cualquier parte del carro que el devoto señalaba, Mahatmaji la llamó por su nombre y aclaró que no podía ver el carro. El devoto dudaba, algo nervioso. Dijo:

¡Maharaj! No podemos encontrar mi carro. Según acordamos, ahora puedes golpearme.

¡Bueno! Primero muéstrame tu rostro —dijo el mahatma.

El devoto le puso la mano en las mejillas, y dijo:

Esta es mi cara.

¡Oh, mi pobre devoto! Se trata de una mejilla, no una cara.


Esta es mi cara —dijo el devoto señalando su frente.

No es tu cara. Es tu frente.

De esta manera, identificando las diversas partes de la cara, al igual que con el carro, tampoco pudo encontrarla. Con una sonrisa, Mahatma dijo:

Hasta que no me puedas mostrar tu rostro no podré pegarte. ¿Cómo puedo golpear un rostro inexistente?

Mahatmaji completó su ejemplo refiriéndose al mundo. Dijo:

De esta manera, el mundo entero que consiste en nombres y formas también es inexistente. Pero a causa de la ignorancia, parece existir. Su sentido ilusorio causa amor y odio. Los niños, los cónyuges y la riqueza, que en realidad no existen, a veces hacen reír y otras veces llorar a la humanidad. Solo los cinco elementos, tierra, agua, fuego, aire y espacio, son visibles como una multitud de colores y diseños en la forma de estos objetos mutables e ilusorios. Son llamados por varios nombres. Sin embargo, incluso estos cinco elementos son formas ilusorias de Brahman. Por lo tanto, los seres y el mundo denso solo está sobreimpuesto sobre Brahman, el sustrato de todo. Cuando uno contempla con una mente clara y tranquila, solo queda Brahman, Uno sin segundo. El mundo sobreimpuesto se desvanece. Por lo tanto, ver a Brahman es verdadero discernimiento. Ver el mundo dual es no discernir en absoluto.

En la sección titulada Shāntiparva del épico Mahābhārat se establece:

Ekatvamakṣaraṁ prāhur-nānātvaṁ kṣaramucyate,
ekatvaṁ darśanaṁ cāsya nānātvaṁ cāpya-darśanaṁ (305,36).

Solo la “Unidad” es imperecedera, que significa indestructible, perfecta, igualdad. “Diversidad”, es decir, solo una ilusión transformable, es perecedera. Percibir la unidad es verdadero discernimiento. Es la esencia de todas las escrituras. El ignorante percibe la diversidad, pero realmente eso es no percibir nada en absoluto.

Por lo tanto en el Bhāgawat, el Señor Kapiladev, tomando la forma de un hijo, dio instrucciones a su propio padre, Kardama Maharshi, sobre el principio de unidad. Escuchando la instrucción sobre unidad, Kardama Maharshi olvidó totalmente su entorno ilusorio, y se volvió uno con el Principio de Uno sin segundo. Con su devoción iluminada y decidida, se liberó de los grilletes de la mundanidad, y alcanzó el estado de liberación de Brahman. El Señor Krishna-dvaipāyana Vyāsa ha descrito el estado final del Maharshi así:

Vāsudeve bhagawati, sarvajñe pratyagātmani,
pareṇa bhakti-bhāvena labdhā ’’tmā mukta-bandhanaḥ.
Ātmānaṁ sarva-bhūteṣu bhagawantam-avasthitam,
apaśyat sarva-bhūtāni bhagawatyapi cātmani.
Icchā-dveṣa-vihīnena sarvatra sama-cetasā,
bhagawad-bhakti-yuktena prāptā bhāgawatī gatiḥ (Bhāgawat 3,24,45-46-47).

Kardama Maharshi, con su perfecta devoción indivisa y decidida, se volvió uno con el Señor Vasudev en la forma de su propio Ser. Al lograr la unidad entre su Ser y Vasudev por experiencia directa, se liberó de todo su cautiverio. Comenzó a discernir al Señor como su propio Ser en todos los seres, y todos los seres en el Señor en la forma de su Ser. Es decir, la percepción de la Unidad significa discernimiento del Señor en el mundo y del mundo en el Señor, ver al Señor como la urdimbre y trama del mundo. Entonces no hay percepción de diferencias. De esta manera, el sabio Kardama, carente de deseo y aversión, con visión equitativa y decidida devoción por el Señor, alcanzó el estado perfecto del Señor Vishnu.

El Señor Kapiladev instruyó a su madre Devahuti sobre la devoción decidida, acompañada por conocimiento y desapego, de la siguiente manera.

Visṛjya sarvā-nanyāṅśca māmeva viśvato-mukhaṁ,
bhajantya-nanyayā bhaktyā tānmṛtyo -ratipāraye.
Jñana-vairāgya-yuktena bhakti-yogena yoginaḥ,
kṣemāya pādamūlaṁ me praviśantya-kutobhayaṁ (Bhāgawat 3,25,40-43).

“Llevo a la persona virtuosa a través del océano de la mortal mundanalidad, a quien abandona por completo todos los objetos, como el cuerpo, que son considerados como de una clase diferente del Ser, considerándolos una ilusión; y que me adora, al Señor, con devoción decidida, como el perfecto e indivisible Ser Interno, discernido en todas partes en forma de Existencia, Aparición y Amor (asti-bhati-priya). Con el fin de lograr la liberación, los yoguis, a través de su yoga de la devoción acompañada por conocimiento y discernimiento, se refugian en los talones que eliminan el miedo”. Aquí talones significa la raíz de todo el universo, ese eterno, puro, inteligente, libre, solitario, dichoso, perfecto Ser Supremo, que tiene “tres pies” como se describe en el Shukla Yajurveda: Tripādūrdhvaṁ udaita puruṣaḥ pādo ’syehābhavat-punaḥ, “Los yoguis se vuelven asimilados de forma permanente en esa raíz”.

En realidad este mundo de dualidad, que es como un sueño, no existe. Parece existir debido a la ilusión de la ignorancia. Por otra parte, es la causa del miedo, la tristeza, etc. Solo puede ser llevado a su fin a través del yoga de la poderosa devoción, acompañada por el conocimiento. Se afirma claramente:

Arthe hyavidya-māne ’pi saṅsṛtirna nivartate,
dhyāyato viṣayānasya svapne ’narthā-gamo yathā.
Ata eva śanai-śchittaṁ prasakta-masatāṁ pathi,
bhakti-yogena tīvreṇa viraktyā ca naye-dvaśaṁ (Bhāgawat 3,27,4-5).

Aunque no haya nada real que cause miedo y tristeza en un sueño, sin embargo uno se pone triste teniendo en cuenta los objetos en el sueño. De la misma manera, a pesar de que la dualidad del mundo de nombres y formas no tiene poder, el ciclo de nacimiento y muerte de la persona, que consiste en miedo, tristeza, ego y apego, no terminará. Esto se debe a la contemplación incesante de los objetos sensoriales, considerándolos como verdaderos y placenteros. Por lo tanto una persona que desea bienestar, debe poner bajo control la mente, que se mezcla en los nombres y las formas ilusorias del mundo.

Quien hace diferencias entre la naturaleza esencial de la persona y el Señor, nunca será libre del temor a la muerte. Solo estará libre de miedo quien los considera uno. Kapila Muni dice lo mismo:

Ātmanaśca parasyāpi yaḥ karotyanta-rodaraṁ,
tasya bhinna-ádṛśo mṛtyur-vidadhe bhaya-mulbaṇaṁ (Bhāgawat 3,29,26).

“El Señor dice: Asusto a cualquier persona, que distingue incluso ligeramente al ser individual del Ser Universal, con el extremadamente terrible mundo de la transmigración, volviéndome muerte”.

Debido a la ilusión el único Brahman Supremo aparece como diferentes escenas. Esto implica que a través del conocimiento, cuando la ignorancia y el engaño son superados, todas las escenas sobreimpuestas desaparecen, y solo queda el Principio de Brahman subyacente. El Vidente del Principio, respetuoso solo del Principio, tiene devoción decidida llena de conocimiento. Él además dice:

Jñāna-mātraṁ paraṁ braḥma paramātmeśvaraḥ pumān,
dṛśyādibhiḥ pṛthag-bhāvair-bhagawāneka īyate (Bhāgawat 3,32,26).

Kapiladev dice: “¡Oh Madre! Ese Principio único no dual, que es el mismo conocimiento, aparece como muchas escenas sobreimpuestas debido a la ignorancia. Eso se llama Brahman Supremo en las upanishads, el Gobernante Ser Supremo en la ciencia del yoga, purusha en las ciencias del sankhyā y Señor en la ciencia de la devoción”.

Este sabio, Kapila Muni del Bhagawat, es un exponente de la no dualidad. Es cierto, a partir de los pasajes citados anteriormente, que impartió una técnica de no dualidad a su sabio padre Kardama y a su madre Devahuti. Al igual que el sabio Vyasa, autor de numerosas escrituras, Kapila era una “reencarnación del conocimiento” del Señor Shri Vishnu. Yo māṁ sarveṣu bhūteṣu santa-mātmāna-mīśvaraṁ (Bhāgawat 3,29,22), “En todos los cuerpos solo existe el Ser, y no es diferente del Señor, es el Señor”. Tales declaraciones de Kapila lo distinguen del Kapila autor de la ciencia del sankhya. Este último Kapila ve diferentes seres en diferentes cuerpos. No cree en la existencia del Regulador del Universo, considera al conocimiento de las diferencias como liberación, y expone dualidad y pradhan, la naturaleza inanimada. Es por eso que el perceptor de la unidad descrita en las escrituras, el erudito Kapila del Bhagawat, es considerado diferente del Kapila de las ciencias del sankhyā. Jagadguru Shri Shankara Swami está de acuerdo con esta perspectiva. En el comentario del Shārīraka dice:

Anyasya ca kapilasya sagarputrāṇāṁ
prataptur-vāsudeva-nāmnaḥ smaraṇāt (Braḥmsūtra Bhāṣya 2,1,1).

Kapila, el partidario del sankhyā, expositor de dualismo, y Kapila, el expositor de la no dualidad, son diferentes. Pues, en el Bhāgawat, este último Kapila es recordado como Vasudeva, quien fue el destructor de sesenta mil hijos del rey Sagara.

En el Padma Purāṇa se dice: Kapilo vāsudevākhyaḥ, tattvaṁ sāṅkhyaṁ jagāda ha, braḥmādibhyaśca, devebhyo vedārthyai-rūpabṛṁ hitaṁ, sarva-veda-viruddhañca kapilo ’nyo jagāda ha, sāṁkhyamā suraye ’nyasmai kutarka-pari-bṛṁhitaṁ. “Kapila, que también se llamaba Vasudeva, instruyó a los dioses, como Brahma y otros, sobre el principio del sankhyā rico con la esencia de los vedas. El otro Kapila instruyó al sabio llamado Āsuri en el principio del sankhyā que duda de todos los vedas[1].

El Ser Supremo es la única verdad no dual. Existe por sí mismo como Su propio ser. El conocedor siempre está absorto en la contemplación del Ser Supremo. El conocedor no conoce nada que no sea el Ser, y solo considera al Ser. Tal conocedor del Ser es Brahma la Beatitud, y alcanza la devoción suprema. Brahma-bhūtaḥ prasannātmā, madbhaktiṁ labhate parāṁ (Gītā 18,54). Esto se refiere a la devoción decidida. Por lo tanto, en la Gita el adjetivo decidido se utiliza para la devoción, y no dual para el conocimiento. La esencia de la devoción decidida y el conocimiento no dual es exactamente el mismo. En la devoción “otro” es negado, y en el conocimiento, “dualismo” es negado. Ambos culminan en el Principio Perfecto. Solo hay una diferencia superficial en lo que respecta a sentires. El devoto dice: “¡Oh, mi Dios favorito! ¡Señor! Tú eres el omnipresente, no yo”.

Tū tū karatāṁ tū bhayā, mujhameṁ rahī na hūṁ
prema prakaṭa jaba hotā hai, rahata na pāvata āna,
tū tū hī raha jāta phira, maiṁkā miṭata niśāna.

“Mientras yo ‘hacía’, ‘¡Tú, Tú! Yo no quedé”.
"Cuando el Amor se manifiesta, nada más se muestra.
Tú, solo Tú, quedando, el signo de mi eliminación”.

El devoto funde el pequeño yo individual en el Señor omnipresente. “Yo” se vuelve “tú”. Mientras el conocedor dice ahaṁ brahmāsmi, braḥmaivedaṁ sarvaṁ, “Yo soy Brahman”, “Todo esto es Brahman. No hay nada más aparte de Mí”. De esta manera, el conocedor funde su propia Ser puro, existencia-conciencia-dicha “yo” en “tú”, el Señor. No deja que exista un Señor separado llamado “tú”.

Por ejemplo, supongamos que en un rincón de una casa, hay noventa y nueve rupias, y en otro hay una rupia. Es necesario hacer un paquete con cien rupias. Para hacerlo, puedes agregar la rupia a las otras noventa y nueve, o las noventa y nueve a la una. Una vez que el paquete de cien esta hecho, ya no pueden surgir discusiones. Añade una gota de agua al océano, o, si es posible, añade el océano a la gota. En este caso, un ser individual es como una rupia y el Ser Supremo Universal es como las noventa y nueve. Si quieres que sean uno, puedes hacerlo como quieras. En última instancia, el ser individual y el Ser Supremo se vuelven uno y el mismo; el conocedor se vuelve devoto, y el devoto conocedor. Por lo tanto, en la Gita el Señor ha combinado el conocimiento y la devoción en su corazón, e hizo al conocedor-devoto el más grande.

El devoto siempre está establecido solo en el principio no dual. Abandonando los tres estados condicionales de vigilia, sueño y sueño profundo, el devoto siempre permanece en ese dichoso y autoiluminado estado turiya (cuarto). Este estado puede ser experimentado directamente. No queda ni un ápice de duda. No hay rastro de miedo, preocupación o tristeza. Es un estado impecable de visión igualitaria. Se llama el estado brāhmi. Eṣā brāḥmī sthitiḥ pārtha! Naināṁ prāpya vimuhyati (Gītā 2,72). Por alcanzar este estado, un ser humano es libre de todas las dualidades como el obsesionamiento y el odio, el dolor y el placer. Este es el estado natural de toda criatura. Pero debido a la torpeza, el ser humano no puede alcanzar este estado natural. Hay un tesoro escondido en la casa, que el ser humano no conoce; e incluso una vez que lo conoce, uno no trata de descubrirlo. Este punto puede ser entendido con un ejemplo. Supongamos que tienen una casa de cuatro pisos. La planta baja es muy oscura, caliente, llena de mosquitos y chinches, y tiene un hedor insoportable. El siguiente piso es ligeramente oscuro, un poco caliente, con algunos mosquitos y chinches, y ligero olor. El tercer piso está libre de mosquitos y chinches pero sigue oscuro. El cuarto piso es muy bonito. No es nada oscuro. Por el contrario, es tranquilo, atractivo y muy luminoso. No hay ni un atisbo de calor, siempre es agradable y fresco. No hay mosquitos, chinches y ni hedor. Una fresca, pura, suave brisa llena de fragancia divina sopla en ese piso. Pero la entrada a dicho piso está bloqueada. Hay un fuerte candado en la puerta. Nadie sabe por cuánto tiempo ha estado bloqueado. El cuarto piso es tuyo, eres el dueño. Pero por tu torpeza no lo sabes, e incluso sabiendo de él, no tienes la fuerza o la voluntad de desbloquear la puerta, ocupar el lugar y experimentar la bienaventuranza divina.

A veces ocupas el piso más bajo, experimentando muchas dificultades. La oscuridad de los cuartos es muy problemática y el calor intenso te hace sentir incómodo. Enjambres de mosquitos y chinches te pican sin cesar y además se suma el hedor insoportable. Sin embargo, debido a la ilusión, sientes que hay felicidad en esas aflicciones, y no tienes ganas de abandonar el lugar. A veces vas al segundo piso y también sufres los problemas, como la oscuridad leve. A veces subes al tercer piso. No está la molestia de los mosquitos, pero hay una densa oscuridad. Allí pierdes la conciencia y duermes. Te olvidas del mundo, y no sabes nada. De esta manera, vagas de un piso a otro, entre los tres pisos del edificio. No tienes deseos de entrar en el cuarto piso. Preguntas a las personas modernas, autoproclamadas inteligentes: “¿En qué piso prefieren estar? ¿Dónde quieren quedarse?” Ellos responden: “¿Hay alguna duda? Preferimos quedarnos en el de más arriba. ¿Quién querría renunciar a ese hermoso lugar y vivir en un lugar repugnante? Vamos a romper el cerrojo por la fuerza y a ​​empezar a vivir continuamente en el cuarto piso, que es de lo más cómodo. Nunca viviremos en los pisos inferiores”.

Este es solo un ejemplo para entender la doctrina. El edificio de cuatro pisos es este cuerpo. Los cuatro estados, vigilia, sueño, sueño profundo y turiya, son sus cuatro pisos. El estado de vigilia existe en el cuerpo físico, el estado de sueño en el cuerpo sutil, el estado de sueño profundo en el cuerpo causal y el cuarto estado en el Ser Interior. El mundo denso de nombres y formas existe en el estado de vigilia. Su testigo es el ser mundano - vishwatma, quien, debido a la ignorancia, se ha vuelto uno con el cuerpo denso. Debido a la ilusión, el Ser mundano se identifica a sí mismo con el cuerpo. Golpeándose el pecho, dice: “Eso soy yo. Soy hermano de fulano, yerno de mengano. Mi nombre es fulano de tal. Mi pueblo es así y así. Yo soy esta estatua de un metro setenta de alto. Su vida es mi vida. Su muerte es mi muerte. Su forma, oscura o blanca, es mi forma. Su placer es mi placer y su dolor es mi dolor”. De esta manera, la oscuridad de la ignorancia impregna el estado de vigilia del cuerpo denso. Los tres tipos de aflicciones, que surgen del sentido de la individualidad, la naturaleza, y las acciones, son el calor insoportable, debido al cual el ser mundano a menudo grita: “¡Oh! Estoy muerto”. Las emociones de deseos, ira, orgullo, celos, miedo y obsesionamiento son los grandes mosquitos que viven en ese piso y lo atormentan incesantemente. Las chinches son preocupaciones de varios tipos, debido a las cuales la persona está medio muerta. Se dice, “Chitā, la pira funeraria, quema los muertos, y chintā, la preocupación, quema los vivos”. Cuando la hoguera de las preocupaciones quema en el corazón, ni la mejor comida puede ser digerida ni puede hacer que uno esté satisfecho.

Había un hombre que era físicamente muy débil. Sus preocupaciones por la familia habían pasado factura a su cuerpo. Renunció al mundo y se convirtió en un asceta sin preocupaciones. Cuando regresó a su país nadie lo pudo reconocer, porque al vivir una vida de asceta sin ningún tipo de preocupaciones, había aumentado mucho de peso. El punto es que las preocupaciones son las chinches que chupan la sangre. La ilusión del falso conocimiento, así como el ego y el apego, conforman el hedor pútrido.

Después de experimentar el estado de vigilia, el ser individual, al dormir, entra en el estado de sueño. Allí también existe el mundo de pares de opuestos. También existe la oscuridad, aflicciones, mosquitos, chinches y el hedor en una forma sutil. Después de experimentar el estado de sueño, el individuo entra en el estado de sueño profundo. Allí no es consciente del mundo agobiado por la dualidad. Puesto que en ese estado no hay un mundo agobiado por la dualidad ni una mente pensando, no experimenta el dolor que surge de los pares de opuestos. Pero nunca experimenta algún otro objeto, y después de despertar recuerda la experiencia del sueño profundo como sukha-mahama-svāpsaṁ, na-kiñcida vediṣaṁ, “Dormí tan bien que no fui consciente de nada”.

El cuarto estado es el Ser encarnado. Su puerta siempre está cerrada para los tontos ignorantes. En ella hay una cerradura en la forma de un velo de ignorancia. Un fiel buscador de la liberación abre con la llave de la sabiduría obtenida por la gracia del gurú y entra en el piso. En este cuarto estado no hay dolor, pena, ni miedo de ningún tipo, solo hay gran dicha, pura y eterna. Este estado se conoce como ṛtaṁbharī prajñālabhya brāḥmī sthiti. Es el estado permanente de los grandes seres que están liberados en vida, en sus estados de vigilia, ensueño y sueño. Todos pueden desear entrar en ese estado y estar en ese piso. Pero sin la capacidad y la fuerza proporcionadas por las prácticas espirituales, uno no puede ir o permanecer allí solo por desearlo. Con el poder de las prácticas como el discernimiento, y con habilidades tales como la pureza de corazón, se puede ir allí y quedarse. La persona que se aventura y se queda allí es el venerado devoto conocedor. Siempre está establecido y mantiene amor concentrado en el cuarto estado, que es de la forma del dichoso Ser Supremo no dual. Por lo tanto, esa persona es llamada devoto decidido.

Hay una descripción del perfecto y dichoso cuarto estado del devoto conocedor decidido en la Mandukya Upaniṣad:

Adṛṣṭama-vyavahāryam-agrāhyam-alakṣaṇam-acintyamavyapadeś
yam-ekātma-pratyaya-sāraṁ prapañco-paśamaṁ,
śāntaṁ śivamadvaitaṁ caturthaṁ manyante, sa ātmā sa vijñeyaḥ (Māṇḍūkyopaniṣad 7).

Al ser indistinguible, el autoluminoso Ser consciente es invisible. No es perceptible por los órganos de percepción, como los ojos. Solo un objeto visible puede ser el sujeto de relaciones empíricas; ya que este no es visible, no puede ser tratado empíricamente. Tampoco puede ser captado por los órganos de la acción, por lo que está más allá de lo asequible. No es inferible ya que no tiene signos tales como sexo. En otras palabras, a diferencia de otros objetos perceptibles que son demostrables por inferencia, no puede ser deducido. Por lo tanto no se lo puede pensar, es decir, no puede ser objeto del pensamiento. No se puede utilizar un título o un nombre para Él, lo que implica que no puede ser tema de conversación. Es la esencia del Ser único. En todos los estados tales como vigilia, existe como el único sustrato. Su validez está implícita en la esencia de ser, que es autoluminosa, la verdad que ilumina todo. Es aquello en lo que el mundo se detiene, es decir, el mundo triple del vidente, lo visto y el ver, y los pares de opuestos experimentados en los diversos estados, como estar despierto, se acaban en ese Ser prístino. Es paz, lo que significa que está libre de las manchas de deseo, los celos, etc. Es Śiva, benevolente. Es auspicioso. Es no dual. Es el “cuarta”; quedando en el cuerpo es el perfecto cuarto estado, diferente de los otros tres estados como vigilia, etc. Así es como los devocionales eruditos consideran al cuarto: es el Ser, es la propia naturaleza, es digno de conocimiento a través de las escrituras y de los maestros.

Por eso Gaudapada, el gurú de Shankaracharya y discípulo de Shukamuni, comenta de la siguiente manera la declaración de la upanishad:

Anyathā gṛḥṇataḥ svapno, nidrā tattvam-ajānataḥ,
viparyāse tayoḥ kṣīṇe, turīyaṁ padam-aśnute.
anādi-māyayā supto yadā jīvaḥ prabudhyate,
ajama-nidrām-asvapnam-advaitaṁ budhyate tadā.
prapañco yadi vidyeta nivarteta na saṁśayaḥ,
māyāmātram-idaṁ dvaita-madvaitaṁ paramārthataḥ (Māṇḍūkya Upaniṣad-Āgama Prakaraṇa Gauḍapāda Kārikā 15-17).

El entendimiento incorrecto es llamado un sueño. Cuando se comparan los estados de vigilia y sueño nos encontramos con que representan dos tipos diferentes de entendimiento incorrecto. Es por ello que ambos estados se llaman estados de sueño. Por otra parte, el desconocimiento del Principio Supremo es conocido como sueño. Esta ignorancia es común a los tres estados de vigilia, sueño y sueño profundo. El entendimiento incorrecto es el efecto, cuya causa es la ignorancia. Cuando, a través del conocimiento del Principio Supremo, los estados de entendimiento incorrecto (sueño) e ignorancia (dormir) son aniquilados, uno alcanza el cuarto estado, que carece de diversidad, pero está lleno de tranquilidad. Desde tiempos inmemoriales el individuo está durmiendo bajo la influencia de una profunda ilusión, con una miríada de sueños del mundo fenoménico. Cuando el individuo es despertado por un compasivo gurú y alcanza el conocimiento del Principio Supremo, ese individuo experimenta directamente su propia perfecta naturaleza no dual, sin nacimiento, sin dormir y sin sueños. La dualidad del mundo fenoménico, que es experimentada, es imaginaria y no existe. Incluso si existiera, sin duda tendría que llegar a su fin. Dado que toda esta dualidad es solo māyā, ¿cómo puede existir? ¿Qué hay que aniquilar? ¿Cómo puede ser aniquilada una serpiente inexistente sobreimpuesta a una cuerda? Como verdad suprema, solo existe la realidad no dual, que está más allá de las contradicciones inherentes a la ilusoria dualidad sobreimpuesta del mundo fenoménico.

El Señor dice: “Tal devoto conocedor Me ama exclusivamente”. Esto se debe a que el conocedor se refiere al Señor como su propio Ser. Si el Señor fuera diferente del Ser, entonces el amor no podría ser exclusivo (ya que todas las personas primero se aman a sí mismos). Por lo tanto, el conocimiento de un devoto dedicado es de no diferencia, sabe que el Señor y el Ser son lo mismo. El conocimiento de la diferencia es una especie de ignorancia o conocimiento ilusorio; solo el conocimiento de la no diferencia es el conocimiento correcto. Es por eso que la gente con experiencia dice:

Deho devālayaḥ proktaḥ, sa jīvaḥ kevalaḥ śivaḥ,
tyajed -ajñāna -nirmālyaṁ, so ’haṁ-bhāvena pūjayet.
Abheda-darśanaṁ jñānaṁ dhyānaṁ nirviṣayaṁ manaḥ,
snānaṁ manomala-tyāgaḥ śaucam-indriya-saṁyamaḥ.

“Este cuerpo es llamado templo. El individuo realmente es Shiva. Desecha la marchita oferta de ignorancia. Adora a Shiva con el sentimiento de ‘Yo soy Eso’. Conocimiento es discernir no diferencia. Meditación es limpiar la mente de pensamientos. Bañarse es quitar la suciedad del obsesionamiento, celos y otras emociones. Pureza es controlar los sentidos”.

Este tipo de devoto conocedor es el favorito del Señor. El amor mutuo entre este tipo de devoto y el Señor es muy intenso, puro, sin deseos, indivisible, natural, y no tiene ni un ápice de simulación. Ese amor no puede ser comprendido por otra persona, ni aún explicado. Es cierto que hṛdayaṁ tveva jānāti prītiyogaṁ parasparaṁ, “Solo el corazón conoce la unión del amor”. Las palabras son inadecuadas para describir este amor. El devoto se sumerge en el océano de amor por el Señor, y el Señor se sumerge en el océano de amor por el devoto. Los dos se encuentran y se vuelven uno, indivisible.

De este modo, desde las profundidades del corazón de Mira, que estaba intoxicado con el néctar del amor divino de la unidad, surgió la afirmación Mere to giridhara gopāl dūsaro na koi re, “Solo Giridhar Gopal es mío y nadie más”. Estas palabras establecen la unidad del devoto y el Señor. En esta expresión pura, el sentimiento de no dualidad se expresa como “Nadie más queda, ni tú, ni yo, ni este mundo; solo queda el oscuro y hermoso Giridhar Gopal”. También muestra que la devoción intensa culmina en la unidad. El amor intenso no puede soportar la dualidad. Por esta razón se dice con respecto a la gopis, que eran decididas devotas, amantes del Señor:

Śrīkṛṣṇa! Kṛṣṇeti girā vadantyaḥ, śrīkṛṣṇa-pādāmbuja-lagna-mānasāḥ,
śrīkṛṣṇa-rūpāstu babhūvuraṅganāḥ,citraṁ na peśas-kṛtametya kīṭavat.

“¡Oh Shrikrishna! ¡Krishna!”. Las obsesionadas gopis atraían a Shrikrishna, y mediante la conexión de sus mentes con los pies de loto de Shrikrishna, se olvidaban de sí mismas y se fusionaban en Shrikrishna, y ellas mismas se volvían Shrikrishna. ¿Por qué habría de ser sorprendente? Un gusano totalmente absorto en pensar en una avispa se vuelve una avispa. Esto es muy conocido.

Sunake śabda kīṭa bhṛṅgīke, saba tana manakī sudha bisarāve,
dekhahuṅ dhyānakī mahimā, soi kīṭa bhṛṅgī hoi jāve.

“Escuchando los sonidos de una avispa, ¡el gusano pierde conocimiento de su cuerpo y mente! Comprendí la mayor de las meditaciones, el mismo gusano se vuelve avispa”.

De esta manera, un devoto lleno de amor por el Señor y el Señor lleno de amor por el devoto se vuelven uno. No se separan ni un solo instante. Una vez que el sentimiento del Señor entra en el devoto, el sentimiento de individualidad y diferencia ya no puede entrar más.

Entre los nueve tipos de devoción, el último es ātmanivedana, u ofrecer el Ser. De la poderosa devoción, el devoto ofrece su propio Ser al Señor y se vuelve uno con el Señor. El Señor manifiesta su Principio Divino en el corazón del devoto, haciendo que el devoto se funda con Él mismo. En las últimas etapas del gran sentimiento de ofrecer el Ser, todas las diferencias desaparecen y se establece la unidad perfecta. Comprende la esencia de esto: la Unidad estaba allí desde el principio. Pero debido a obstáculos tales como la ignorancia, no apareció. Ahora, debido a la devoción suprema llena de conocimiento, los obstáculos son eliminados y la unidad aparece con brillo deslumbrante. En este caso, la vida de Shri Radhaji se erige como ejemplo. Shri Radha tenía el gran sentimiento de amor perfecto por el oscuro y hermoso Señor. Por la profunda contemplación de amor por el Señor, era totalmente una con el Señor. A pesar de que, en realidad, no hay dualidad entre el devoto y el Señor, “por amor a la devoción, el supuesto sentimiento de dualidad es considerado como bello”, como en el siguiente:

Bhaktyarthaṁ kalpitaṁ dvaitaṁ advaitādapi sundaraṁ,

El poeta enamorado ha descrito aquí la exquisita unidad de Radha y Krishna, e imaginó el sentimiento de dualidad de manera expresiva por amor a la devoción:

Anyo ’nya citta-viduṣau nu parasparātma-
nityasthiteriti nṛṣu prathitau yadāvāṁ,
taccaupacārikamaho dvitayatva-meva,
naikasya sambhavati karhi-cidātmano nau.
Ekātmanīha rasa-pūrṇa-tame ’tyagādhe,
ekāsu-saṅgrathita-meva tanu-dvayaṁ nau,
kasmiṁ-ścideka-sarasīva cakāsadeka-
nālottha-mabjayugalaṁ khalu nīlapītaṁ.

El Señor Shyamsundar (oscuro y hermoso) dice a Radha: “Con nuestras dos mentes llenas de amor, los dos sabemos que es falso el rumor de que, debido al poderoso amor, nosotros dos vivimos en el otro. No es cierto, porque el Ser de los dos es uno y el mismo. ¿Cómo puede un Ser volverse dos? Por lo tanto, sin llegar a ser dos, ¿cómo es posible vivir mutuamente en el otro? ¡Sí! De nosotros, podemos decir que al igual que en un lago, dos flores de loto, una azul y otra amarilla, florecen de un mismo tallo mezcladas entre sí, nuestros dos cuerpos, uno azul y el otro amarillo, fusionados en la misma fuerza vital, parecen estar mezclados el uno con el otro”.

Estas palabras del Señor Shyamsundar fortalecieron aún más el sentimiento de unidad de Radha con el Señor. Una vez, para ponerla a prueba, el Señor Shrikrishna se acercó Radha disfrazado de belleza celestial y dijo:

He oído que tienes el sentimiento de unidad con Shrikrishna. ¿Es eso cierto? Si es verdad, con que solo lo recuerdes debe manifestar aquí mismo a tu amado Shrikrishna, que no es diferente de ti. Si puedes hacer esto, solo entonces creeré en tu sentimiento de ser uno con él.

Radha aceptó el desafío y dijo:

Si mi sentimiento de ser uno con Él es cierto, entonces mi más querido Shrikrishna debe aparecer aquí inmediatamente.

Tan pronto como hubo dicho esto, el propio Señor Shrikrishna apareció en el acto. Entonces Radha vio al amado Krishna dentro y fuera y se absorbió en la dicha. El poeta mencionado dice:

Romāñcitākhila-tanur-galada-śrusiktā,
dhyānāgataṁ tamava-budhya bahir-vilokya,
ānanda-līna-hṛdayā khalu satyameva,
yoginya-rājata nirañjana-dṛṣṭi-reṣā.

Cuando su amadísimo Krishna apareció en su corazón a través de la meditación, mientras que también lo veía frente a ella, el vello del cuerpo de Radha se erizó. Su cuerpo estaba empapado en arroyos de lágrimas. Su corazón se fusionó con la dicha de ver a la persona amada. Por supuesto, ella pasó la prueba de la unidad y alcanzó la visión inmaculada de una yogini. Aquí, la visión inmaculada tiene dos lecturas: uno de los significados es el colirio que se aplica a los ojos, y el otro es la oscuridad de la ignorancia en el corazón. Los ríos de lágrimas lavaron el colirio que Radha había aplicado en sus ojos, y con ello, la visión del Señor Shrikrishna como su propio Ser eliminó la oscuridad de la ignorancia, así la visión de su corazón se volvió inmaculada. Esto significa que a través de esa visión, la ignorancia y su efecto, el mundo agobiado por la dualidad, fueron totalmente eliminados, y ella experimentó a Shrikrishna, el Ser, como el sustrato de todo. Esto confirmó el estado de yogini de Shri Radha.

En Garga Saṁhitā, las obras del sabio Garga, otra biografía de Shri Radha también respalda el hecho de su unión no dual con el Señor y su sentimiento de unidad en el Ser. Una vez, el Señor Shyamsundar fue a Siddhashram acompañado de Rukmini y sus otras reinas. Shri Radha estaba adorando al Señor Shrikrishna con el corazón sumergido en el amor. Por la noche, Sus reinas se dieron cuenta de que había ampollas en los pies del Señor. Cuando le preguntaron cómo sucedió eso, el Señor dijo: “Ustedes hicieron que Shri Radha beba leche hirviendo. Es por eso que mis pies se quemaron, ya que mis pies siempre residen en su corazón”. Como en la siguiente:

Śrī radhikāyā hṛdayāravinde, pādāravindaṁ hi virājayate me,
aharniśaṁ praśraya-pāśa-baddhaṁ, lavārddhaṁ na calatya-tīva.
Adyoṣṇa-dugdha-pratipānato ’ṅghrā-vucchālakāste mama procchalanti,
mandoṣṇa-mevaṁ hi na dattamasyai, yuṣmābhi-ruṣṇaṁ tu payaḥ pradattaṁ (Dwārakā Khaṇḍa 17,35,36).

“Mis pies, atados a las cadenas del amor profundo, incesante, de día y de noche, residen en el loto del corazón de Shri Radha, sin moverse ni un momento. Ustedes no le dieron leche caliente, sino hirviendo. La leche caliente que ella bebió quemó mis pies”.

De ninguna manera este episodio implica que los pies de loto del Señor, separados de su cuerpo, entraron en el corazón de Shri Radha, perdiendo Él sus pies. La moraleja de toda historia es apoyar una doctrina. En este caso, la doctrina de la toda escritura es la no diferente unión y sentimiento de unidad del Ser. La esencia del episodio es ilustrar esta doctrina. El corazón lleno de amor profundo por el Deseado queda sumergido tan incesante y naturalmente que no hay sentimiento de diferencia de ningún tipo. Se establece en la unidad total con el más Deseado. No hay ni siquiera una muestra de separación de los devotos del Señor, y del Señor de los devotos. Por lo tanto, en los aforismos sobre la devoción de Narada, los Nārada Bhakti-sūtras, se determina:

Tasmin tajjane ca bhedābhāvāt,

“En última instancia hay una ausencia de diferencias en el Señor y Su devoto. Ambos se vuelven uno”.

Los santos devotos también apoyan esta doctrina:

Jaba maiṅ thā taba hari nahīṅ, aba hari haiṅ, maiṅ nāhīṅ,
prema galī atisāṅkarī, jāmeṅ do na samahiṅ.
Braḥma nahī māyā nahī, nahī jīva, nahī kāla,
apanī hū sudhi nā rahī, rahyo eka-naṅda-lāla.

“Cuando yo era, Hari no era. Ahora Hari es, yo no soy. El carril del amor es muy estrecho. En él no entran dos. Brahman no es, ni māyā, ni individuo, ni el tiempo. Al no tener conciencia de sí mismo, solo queda Nanda-Lal”.

De esta manera, el profundo amor recíproco entre el devoto y el Señor también culmina solo en la unidad del Ser.

Hari Om Tat Sat.


[1] Los dos Kapilas dan diferentes interpretaciones del sankhyā, uno apoyando a los vedas, el otro dudando de ellos.

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