Tesam jñānī nityayuktaḥ,
eka-bhaktir-visisyate,
priyo hola
jñānino 'tyartham
-aham sa ca mama
priyaḥ (Gītā
7,17).
“Entre los cuatro tipos de devotos que he mencionado,
el conocedor, que está establecido en mí con decisión y tiene devoción total,
es mi mayor devoto. Esto se debe a un tremendo amor del devoto conocedor por mí
y mi gran amor por él”.
La fuente de la dicha, el Señor Shrikrishna, alaba a
sus devotos conocedores, diciendo que los conocedores son los mejores porque
están firmemente establecidos con devoción total. A esos devotos, que se
olvidan del mundo dualista de nombres y formas, considerándolo inútil e
ilusorio, lo desechan, y se mantienen establecidos constantemente en el Ser, se
les llama nityayukta. La mente de una
persona torpe e ignorante queda atrapada en los nombres y las formas
sobreimpuestos del mundo ilusorio.
Esa persona piensa constantemente en ellos, en los
nombres y las formas, por lo tanto experimenta obsesionamiento y dolores de
diversos tipos y se confunde. Pero los conocedores calman sus ondas de
pensamientos practicando el desapego del mundo ilusorio. Establecen sus
pensamientos en la fuente de dicha, el Ser no dual, a través de prácticas
espirituales. Como resultado, están siempre absortos en la dicha. Un
sentimiento de desapego hacia un objeto y la falta de atracción, solo pueden
suceder cuando uno ve excesivos defectos en ese objeto. Sin esta observación,
la atracción por ese objeto no puede terminar. Una serpiente negra es muy
delicada y suave, pero tan pronto como escuchamos la palabra nos preocupa y nos
estremecemos de miedo, porque vemos excesivos defectos en la serpiente. Sabemos
que a pesar de que es de un hermoso color negro, también es venenosa. Si incluso
una pequeña gota de veneno entra en nuestra sangre, estamos listos. Toda
nuestra vida quedaría arruinada. Por lo tanto no queremos ni siquiera mirarla,
mucho menos tocarla. Del mismo modo hay frutos venenosos que se ven muy
atractivos, y un ignorante podría erróneamente creen que esos frutos son
también muy dulces al paladar. Pero cuando uno se entera de que el fruto es
venenoso no quiere tocarlo aunque haya estado hambriento durante días, ya que
entiende que comer esa fruta lo dejaría inconsciente. De esta manera, el
reconocimiento de los defectos excesivos nos libera de la atracción e infunde
indiferencia.
El conocedor también observa excesivos defectos en el
mundo afligido por la dualidad; está seguro de que el mundo de la dualidad no
es real, sino una mera sobreimposición creada por la ignorancia. Su naturaleza
ilusoria es imperceptible al principio, luego visible y finalmente perecedera.
Así, desviando sus pensamientos de este mundo ilusorio, los compromete con el
único dichoso Ser Supremo. Se dedica únicamente al Uno, profundamente enamorado
del Uno sin segundo, el Principio imperecedero, se vuelve uno con Él. Siempre
discierne que todo en todas partes es de la naturaleza de Dios. Como su
exaltada visión pura está llena con el único dichoso Ser Supremo, no ve nada en
el universo que no sea el Principio Divino. Dado que para él que el Principio
divino es lo más grande y más querido, ve, oye, conoce y se preocupa solo por
eso. Siempre está absorto en Él. Debido a su devoción concentrada y su
fidelidad al Ser Supremo, que es la única Verdad, su atracción y deseo por todo
lo demás ha desaparecido para siempre. El Señor continúa describiendo algunas
de las características de Su devoto en la Gita.
Yo na hṛṣyati,
na dveṣṭi, na śocati, na kāṅkṣati,
śubhāśubha-parityāgī,
bhaktimān yaḥ sa me priyaḥ (Gītā 12,17).
Nunca se alegra, ya que uno está feliz solo después de
alcanzar un deseo, y él no considera deseable ninguna otra cosa que el Señor.
Su alegría no es causada por ninguna otra cosa. Él no odia nada, porque el odio
es causado por un objeto que nos desagrada, y en el universo no ve nada
desagradable. En todas partes, en diferentes formas, se le aparece el amado
Señor. Para alguien que tiene plena confianza, ¿cómo puede haber odio? No se
lamenta. Uno solo se lamenta al separarse de algo querido. Sin embargo, el
amado Señor nunca está separado, ya que no existe otro objeto para el devoto.
Cuando nada más existe, ¿cómo puede surgir amor por otra cosa? Por lo tanto,
está totalmente libre de angustia. No desea nada más, porque no hay nada que no
sea el Señor, que sea digno de ser deseado. Por lo tanto, está libre de deseo.
Abandona todo lo santo y lo profano, que es la dualidad del bien y el mal, y
está inmerso en la dicha no dual, vivificante, prístina. Ese devoto es el más
querido para mí.
Él se dedica solo al único Señor, quien aparece como
todas las criaturas en diferentes formas. Esa es su experiencia inquebrantable.
Tal fue la experiencia del más destacado de todos los devotos, Narasimha Mehta.
Akhila-brahmāṇḍamāṅ
eka tū śrīhari,
jujave (aneka)
rūpase tūhi bhāse,
ghāṭ ghaḍyā
pachī, nāma-rūpa jujavāṅ,
aṅte to hemanu
hema hoye,
jahāṅ lagī ātmā
tattva cintyo nahīṅ,
tahāṅ lagī sādhanā
sarva jhūṭhī.
“En el mundo entero Tú, Shrihari, eres el Único; solo
Tú apareces en diversas formas. Una vez realizada la pulsera, aparecen su
nombre y forma, pero el oro sigue siendo oro, donde el nombre y la forma
desaparecen. Cuando no se contempla el Principio del Ser, todas las prácticas
espirituales son en vano”.
Ese devoto sabe, “El único Shrihari, que es el Señor,
es el Ser interior de todos. Él es yo, y no es diferente de mí”. El Bhagawat dice lo mismo: Pratyak cakāsti bhagawāṅstamavehi so ’smi
(4,22,37). El Señor Shrihari brilla como el mismo Ser en medio del trabajo.
Vamos a analizar la cita del Bhagawat. Prati-aṅcati-asajjaḍ-duḥkha-rūpa-dehādibhyaḥ
prātikūlyena saccidānaṅda-rūpeṇa prakāśata iti pratyak; Prati es contrario a lo que es
impermanente, inerte y lleno de miseria. El Uno que brilla como
existencia-conciencia-felicidad se llama pratyak.
Ese es el Señor. Conoce, afirma, determina: “Yo soy Ese Ser aparente, el
Señor”, y permanece absorto en el principio del Uno sin segundo.
La palabra “uno” significa indivisible, no diferente,
no otro, lo mismo. El Ser Supremo es verdaderamente mi propio Ser sin ninguna
diferencia. ¿No es cierto que todo el mundo tiene amor inquebrantable por sí
mismo? Por supuesto, el amor del Ser es evidente. Por lo tanto el conocedor
tiene amor desinteresado y puro, con sentimiento de unidad por todos. El
néctar, que es de la naturaleza de existencia, conciencia y felicidad, ha
invadido a todas las criaturas sin diferencia y sin división, en toda la
sobreimposición de nombres y formas. El conocedor bebe ese perfecto y dulce
néctar divino continuamente, y está siempre extático. La famosa gran
declaración tattvamasi indica también
el mismo Principio. Elimina la diferencia imaginaria entre la criatura
individual y la divinidad, y verifica el Principio de la no diferencia.
Por lo tanto, el maestro de Shāriraka (en relación con
el Ser encarnado) Sarvajñātmamuni aconseja así al lector:
Asthūlādi-vaco-nirasta-nikhila-dvaita-prapañcaṁ
paraṁ,
jāgrat-svapna-suṣupti-varjita-midaṁ
pratyak svarūpaṁ tathā,
ekīkṛtya
paraspareṇa padayorartha-dvayaṁ tattvataḥ,
pratyak
cādvaya-madvayaṁ ca taditi prekṣasva niḥsaṁśayaṁ.
Advaitaṁ
pariśodhitaṁ bhagavato viṣṇoḥ paraṁ yatpadaṁ,
tacchabdena
samarpitaṁ parigṛhī-tādeya-mātma-prabhaṁ,
yacco-pādhi-vivarjitaṁ
tava nijaṁ sākṣāt-svarūpaṁ tayo-
rekatvaṁ
parivarjita-vyavadhikaṁ pratyakṣa-mīkṣasva bhoḥ!
Anṛta-jaḍa-vibhakta-duḥkha-tucchā-sahana-vapuḥ
paramaṁ padaṁ
murāreḥ,
pari-hṛta-sakala-prapañca-mātmā,
tava tadavehi
tamo nirasya vākyāt
(1,264-265-266).
Cuando las declaraciones de las upanishads como Asthulamanaṇu (Bṛhadāraṇyaka 3,8,8) arrasan el mundo agobiado por la dualidad, se
establece el carácter no dual del Ser Supremo. El Ser aparente es experimentado
directamente en el estado turiya
(cuarto), que carece de los tres atributos de vigilia, sueño y sueño profundo.
¡Oh, buscador! A través de la gran declaración de las upanishads tat tvam asi (Chāndogya 6,12,1), elimina cualquier duda de que las palabras
“aquello” y “tú”, que significan el Ser Supremo y el Ser aparente, son
recíprocamente una y la misma; y ten la convicción de que el Ser aparente es
Brahman no dual, y Brahman no dual es en verdad el Ser aparente. Contempla esta
declaración sin cesar. Experimenta directamente el principio de la no
diferencia. Las declaraciones de las upanishads como satyam jñānamanantaṁ brahma (Taittirīya
2,1,1) inequívocamente declara que el Señor Vishnu es el estado más alto. En su
naturaleza, ese estado es no dual. Es expresado a través de la declaración tat tvam asi, “Tú eres Aquello”. Es
autoluminoso, vale la pena alcanzarlo, y es puro en su naturaleza. Tu verdadera
naturaleza es sin atributos, como por ejemplo el cuerpo. ¡Oh, buscador!
Experimenta la unidad de los dos tipos de la naturaleza. A través del
conocimiento, elimina la diferencia entre los dos que surgen de la ignorancia y
la imaginación, y experimenta directamente la no diferencia absoluta de la
realidad suprema. El estado supremo del Señor Vishnu, Murari (el destructor del
demonio Mura), no admite la dualidad, que es la mentira, la inercia, la
división, la miseria, y es despreciable. Es maravillosa, perfecta, no dual. A
través de la contemplación todo el mundo es neutralizado. Es tu Ser. Conócelo
aboliendo la ignorancia por medio de la gran declaración. Verifica la unidad:
tú eres eso y eso eres tú.
El devoto comprueba la unidad, se convierte en uno con
ello por la contemplación, y goza continuamente de la gran, divina y pura,
dicha no dual. Cuanto mayor es la renuncia a la dualidad, mayor es el disfrute.
Por eso, la Ishāwāsya Upanisad dice tena tyaktena bhuñjīthāḥ, que significa,
el disfrute de la dicha no dual surge a través de la renuncia y el desapego, y
a través de ese disfrute, aumenta la renuncia. Hasta que uno no ha alcanzado el
éxtasis de la beatitud no se puede abandonar los despreciables e insípidos
goces sensoriales. Un hombre sale de su choza, sucia y rota, solo cuando es
capaz de abandonarla por una casa mejor. Es la naturaleza de la mente no
renunciar a algo degradado hasta conseguir otro excelente. Las mujeres pobres
usan joyas de plata barata solo hasta que consiguen buenas joyas de oro. Tan
pronto como consiguen joyas de oro, dejan de usar las joyas de plata. Si
consiguen joyas de diamantes, aún mejores, abandonan las joyas de oro. De esta
manera, cuando la mente humana alcanza la dicha del perfecto Brahman no dual,
por sí misma abandona el insípido y despreciable disfrute de los sentidos.
Fácilmente abandona su apego a los nombres y las formas ilusorias, que
obstaculizan el logro del gran gozo. No puede tenerse la gran dicha sin
abandonarlas; solo la renuncia puede otorgar el logro de la dicha perfecta.
Esta conclusión está establecida por ambos argumentos de las upanishads y la
experiencia de primera mano del devoto conocedor.
Muchas escenas diferentes son sobreimpuestas al
vidente. Solo son apariencias ilusorias. Por lo tanto, el conocedor solo ve el
Uno en todas partes; a pesar de que mira las escenas sobreimpuestas, ni
siquiera las percibe. Tiene devoción y amor intenso solo por el sustrato. Está
siempre establecido solo en eso. Esto significa que todos sus pensamientos se
dirigen solo hacia Eso. Solo ve Eso, solo oye Eso, solo saborea Eso, solo toca
Eso, solo huele eso. Duerme solo en Eso, se despierta solo en Eso, solo recorre
Eso. Sí, para él solo eso vale la pena ser visto, escuchado, saboreado. Está
completamente desinteresado en cualquier sujeto; solo Eso es el sujeto de todos
sus pensamientos. A pesar de que no es cognoscible, Él lo conoce por
experiencia. De esta manera, su mente, establecida solo en eso, rompe toda
relación con la diversidad. Su devoción por el Uno gobierna la devoción por los
muchos. La diversidad aparente es solo fabricada. Lo que se fabrica es sin
sustancia. La ciencia de Pātanjal-yoga afirma: śabda-jñanānupātī vastu-śūnyo vikalpaḥ (1,9), la invención se
define como aquello para lo que se utilizan palabras para señalar su
significado, pero cuando es investigado, el significado desaparece. Este asunto
puede ser comprendido con el siguiente ejemplo.
Había un renunciante de gran alma vagando a las
orillas del Ganges. Nunca dejó su cauce. Preparaba su comida con agua del
Ganges. Bebía agua del Ganges. Se bañaba en agua del Ganges. Cada vez que veía
un buen lugar solitario a orillas del Ganges, se quedaba en ese lugar durante
cuatro a seis meses. Una vez, estaba viajando de esta manera de un lugar a
otro. Se encontró con un devoto que buscaba su compañía a menudo. El devoto era
un pensador con discernimiento y estudiante de vedanta. De repente, al ver el
gran ser, después de muchos años, el devoto estaba encantado. Se inclinó ante
el mahatma y después de preguntarle
por su bienestar, dijo el devoto:
—¡Maharaj! Te encuentro después de mucho tiempo.
¿Podrías pasar unos días en mi pueblo? Mi casa se encuentra en un lugar
apartado en el Ganges. Por favor, quédate allí todo el tiempo que quieras. Por
favor, da la gracia a tus devotos del beneficio de tu compañía y la oportunidad
de servirte. Debes aceptar mi petición.
El mahatma
quería honrar la petición del devoto y dijo:
—¡Muy bien! Vayamos a tu pueblo.
—¡Señor! Debes estar muy cansado —respondió el devoto—. Mi carro está aquí. Por favor ven y siéntate en él.
—¡Sí! Este cuerpo está cansado, sin dudas —dijo el mahatma.
—Mi carro es muy cómodo. También me sentaré en él, a
tus pies; sería muy bueno escuchar sobre Brahman en el carro. ¡Oh! Qué suerte
tengo de tener la compañía de un santo, al igual que una persona sedienta al
conseguir un trago de deliciosa agua fresca.
El mahatma
pensó: “Este devoto que adora el vedanta quiere hablar sobre Brahman en el
carro. ¿Por qué no darle este beneficio ahora mismo? Se dice que no es adecuado
retrasar lo auspicioso. ‘La mejor filantropía es la inmediata’”. Con elocuente
buen humor, dijo:
—Dices que tu carro está aquí y quieres que me siente
en él. Pero yo no lo veo. ¿Dónde está?
Sorprendido ante las palabras del mahatma, dijo el devoto:
—¿Qué estás diciendo? ¡Maharaj! El carro está aquí. ¿Cómo
es que no puedes verlo? ¿Tienes un problema en la vista?
Con una sonrisa en su rostro, el amoroso Mahatma
aseguró:
—Tengo una vista perfecta, pero igual no puedo ver tu
carro. ¿Tú lo ves?
—¡Maharaj! Puedo ver mi carro. Está aquí al lado.
—¿Qué se puede hacer, si el carro no puede ser
encontrado, ni aun estando cerca? —dijo el mahatma.
—¿Por qué no puede ser encontrado? Está aquí ante
nuestros ojos.
—Estás diciendo que hay un carro, y yo digo que no hay
ninguno.
—Si no puedo demostrar lo que digo, por favor, golpéame
varias veces —respondió el devoto.
—Vamos. Muéstrame tu carro. Dices que está justo
delante de nosotros —dijo el mahatma.
El devoto fue a su carro con el mahatma. Poniendo su
mano en una rueda, dijo que ese era su carro. Mahatmaji apresuró a decir:
—Esto es una rueda.
Luego, el devoto puso su mano sobre el yugo y dijo que
se trataba de su carro. Mahatmaji respondió que era un yugo al que estaban
atados los bueyes. Cualquier parte del carro que el devoto señalaba, Mahatmaji
la llamó por su nombre y aclaró que no podía ver el carro. El devoto dudaba,
algo nervioso. Dijo:
—¡Maharaj! No podemos encontrar mi carro. Según
acordamos, ahora puedes golpearme.
—¡Bueno! Primero muéstrame tu rostro —dijo el mahatma.
El devoto le puso la mano en las mejillas, y dijo:
—Esta es mi cara.
—¡Oh, mi pobre devoto! Se trata de una mejilla, no una
cara.
—Esta es mi cara —dijo el devoto señalando su frente.
—No es tu cara. Es tu frente.
De esta manera, identificando las diversas partes de
la cara, al igual que con el carro, tampoco pudo encontrarla. Con una sonrisa,
Mahatma dijo:
—Hasta que no me puedas mostrar tu rostro no podré
pegarte. ¿Cómo puedo golpear un rostro inexistente?
Mahatmaji completó su ejemplo refiriéndose al mundo.
Dijo:
—De esta manera, el mundo entero que consiste en
nombres y formas también es inexistente. Pero a causa de la ignorancia, parece
existir. Su sentido ilusorio causa amor y odio. Los niños, los cónyuges y la riqueza,
que en realidad no existen, a veces hacen reír y otras veces llorar a la
humanidad. Solo los cinco elementos, tierra, agua, fuego, aire y espacio, son
visibles como una multitud de colores y diseños en la forma de estos objetos
mutables e ilusorios. Son llamados por varios nombres. Sin embargo, incluso
estos cinco elementos son formas ilusorias de Brahman. Por lo tanto, los seres
y el mundo denso solo está sobreimpuesto sobre Brahman, el sustrato de todo.
Cuando uno contempla con una mente clara y tranquila, solo queda Brahman, Uno
sin segundo. El mundo sobreimpuesto se desvanece. Por lo tanto, ver a Brahman
es verdadero discernimiento. Ver el mundo dual es no discernir en absoluto.
En la sección titulada Shāntiparva del épico Mahābhārat
se establece:
Ekatvamakṣaraṁ
prāhur-nānātvaṁ kṣaramucyate,
ekatvaṁ darśanaṁ
cāsya nānātvaṁ cāpya-darśanaṁ (305,36).
Solo la “Unidad” es imperecedera, que significa
indestructible, perfecta, igualdad. “Diversidad”, es decir, solo una ilusión
transformable, es perecedera. Percibir la unidad es verdadero discernimiento.
Es la esencia de todas las escrituras. El ignorante percibe la diversidad, pero
realmente eso es no percibir nada en absoluto.
Por lo tanto en el Bhāgawat,
el Señor Kapiladev, tomando la forma de un hijo, dio instrucciones a su propio
padre, Kardama Maharshi, sobre el principio de unidad. Escuchando la
instrucción sobre unidad, Kardama Maharshi olvidó totalmente su entorno
ilusorio, y se volvió uno con el Principio de Uno sin segundo. Con su devoción
iluminada y decidida, se liberó de los grilletes de la mundanidad, y alcanzó el
estado de liberación de Brahman. El Señor Krishna-dvaipāyana Vyāsa ha descrito
el estado final del Maharshi así:
Vāsudeve bhagawati,
sarvajñe pratyagātmani,
pareṇa
bhakti-bhāvena labdhā ’’tmā mukta-bandhanaḥ.
Ātmānaṁ
sarva-bhūteṣu bhagawantam-avasthitam,
apaśyat
sarva-bhūtāni bhagawatyapi cātmani.
Icchā-dveṣa-vihīnena
sarvatra sama-cetasā,
bhagawad-bhakti-yuktena
prāptā bhāgawatī gatiḥ (Bhāgawat 3,24,45-46-47).
Kardama Maharshi, con su perfecta devoción indivisa y
decidida, se volvió uno con el Señor Vasudev en la forma de su propio Ser. Al
lograr la unidad entre su Ser y Vasudev por experiencia directa, se liberó de
todo su cautiverio. Comenzó a discernir al Señor como su propio Ser en todos
los seres, y todos los seres en el Señor en la forma de su Ser. Es decir, la
percepción de la Unidad significa discernimiento del Señor en el mundo y del
mundo en el Señor, ver al Señor como la urdimbre y trama del mundo. Entonces no
hay percepción de diferencias. De esta manera, el sabio Kardama, carente de
deseo y aversión, con visión equitativa y decidida devoción por el Señor,
alcanzó el estado perfecto del Señor Vishnu.
El Señor Kapiladev instruyó a su madre Devahuti sobre
la devoción decidida, acompañada por conocimiento y desapego, de la siguiente
manera.
Visṛjya
sarvā-nanyāṅśca māmeva viśvato-mukhaṁ,
bhajantya-nanyayā
bhaktyā tānmṛtyo -ratipāraye.
Jñana-vairāgya-yuktena
bhakti-yogena yoginaḥ,
kṣemāya
pādamūlaṁ me praviśantya-kutobhayaṁ (Bhāgawat 3,25,40-43).
“Llevo a la persona virtuosa a través del océano de la
mortal mundanalidad, a quien abandona por completo todos los objetos, como el
cuerpo, que son considerados como de una clase diferente del Ser,
considerándolos una ilusión; y que me adora, al Señor, con devoción decidida,
como el perfecto e indivisible Ser Interno, discernido en todas partes en forma
de Existencia, Aparición y Amor (asti-bhati-priya).
Con el fin de lograr la liberación, los yoguis, a través de su yoga de la
devoción acompañada por conocimiento y discernimiento, se refugian en los
talones que eliminan el miedo”. Aquí talones significa la raíz de todo el
universo, ese eterno, puro, inteligente, libre, solitario, dichoso, perfecto
Ser Supremo, que tiene “tres pies” como se describe en el Shukla Yajurveda: Tripādūrdhvaṁ
udaita puruṣaḥ pādo ’syehābhavat-punaḥ, “Los yoguis se vuelven asimilados
de forma permanente en esa raíz”.
En realidad este mundo de dualidad, que es como un
sueño, no existe. Parece existir debido a la ilusión de la ignorancia. Por otra
parte, es la causa del miedo, la tristeza, etc. Solo puede ser llevado a su fin
a través del yoga de la poderosa devoción, acompañada por el conocimiento. Se
afirma claramente:
Arthe
hyavidya-māne ’pi saṅsṛtirna nivartate,
dhyāyato
viṣayānasya svapne ’narthā-gamo yathā.
Ata eva
śanai-śchittaṁ prasakta-masatāṁ pathi,
bhakti-yogena tīvreṇa
viraktyā ca naye-dvaśaṁ (Bhāgawat 3,27,4-5).
Aunque no haya nada real que cause miedo y tristeza en
un sueño, sin embargo uno se pone triste teniendo en cuenta los objetos en el
sueño. De la misma manera, a pesar de que la dualidad del mundo de nombres y
formas no tiene poder, el ciclo de nacimiento y muerte de la persona, que
consiste en miedo, tristeza, ego y apego, no terminará. Esto se debe a la
contemplación incesante de los objetos sensoriales, considerándolos como
verdaderos y placenteros. Por lo tanto una persona que desea bienestar, debe
poner bajo control la mente, que se mezcla en los nombres y las formas
ilusorias del mundo.
Quien hace diferencias entre la naturaleza esencial de
la persona y el Señor, nunca será libre del temor a la muerte. Solo estará
libre de miedo quien los considera uno. Kapila Muni dice lo mismo:
Ātmanaśca
parasyāpi yaḥ karotyanta-rodaraṁ,
tasya
bhinna-ádṛśo mṛtyur-vidadhe bhaya-mulbaṇaṁ (Bhāgawat 3,29,26).
“El Señor dice: Asusto a cualquier persona, que
distingue incluso ligeramente al ser individual del Ser Universal, con el
extremadamente terrible mundo de la transmigración, volviéndome muerte”.
Debido a la ilusión el único Brahman Supremo aparece
como diferentes escenas. Esto implica que a través del conocimiento, cuando la
ignorancia y el engaño son superados, todas las escenas sobreimpuestas
desaparecen, y solo queda el Principio de Brahman subyacente. El Vidente del
Principio, respetuoso solo del Principio, tiene devoción decidida llena de
conocimiento. Él además dice:
Jñāna-mātraṁ
paraṁ braḥma paramātmeśvaraḥ pumān,
dṛśyādibhiḥ pṛthag-bhāvair-bhagawāneka
īyate (Bhāgawat
3,32,26).
Kapiladev dice: “¡Oh Madre! Ese Principio único no
dual, que es el mismo conocimiento, aparece como muchas escenas sobreimpuestas
debido a la ignorancia. Eso se llama Brahman Supremo en las upanishads, el
Gobernante Ser Supremo en la ciencia del yoga, purusha en las ciencias del sankhyā
y Señor en la ciencia de la devoción”.
Este sabio, Kapila Muni del Bhagawat, es un exponente de la no dualidad. Es cierto, a partir de
los pasajes citados anteriormente, que impartió una técnica de no dualidad a su
sabio padre Kardama y a su madre Devahuti. Al igual que el sabio Vyasa, autor
de numerosas escrituras, Kapila era una “reencarnación del conocimiento” del
Señor Shri Vishnu. Yo māṁ sarveṣu bhūteṣu
santa-mātmāna-mīśvaraṁ (Bhāgawat
3,29,22), “En todos los cuerpos solo existe el Ser, y no es diferente del
Señor, es el Señor”. Tales declaraciones de Kapila lo distinguen del Kapila
autor de la ciencia del sankhya. Este
último Kapila ve diferentes seres en diferentes cuerpos. No cree en la
existencia del Regulador del Universo, considera al conocimiento de las
diferencias como liberación, y expone dualidad y pradhan, la naturaleza inanimada. Es por eso que el perceptor de la
unidad descrita en las escrituras, el erudito Kapila del Bhagawat, es considerado diferente del Kapila de las ciencias del sankhyā. Jagadguru Shri Shankara Swami
está de acuerdo con esta perspectiva. En el comentario del Shārīraka dice:
Anyasya ca
kapilasya sagarputrāṇāṁ
prataptur-vāsudeva-nāmnaḥ
smaraṇāt (Braḥmsūtra
Bhāṣya 2,1,1).
Kapila, el partidario del sankhyā, expositor de dualismo, y Kapila, el expositor de la no
dualidad, son diferentes. Pues, en el Bhāgawat,
este último Kapila es recordado como Vasudeva, quien fue el destructor de
sesenta mil hijos del rey Sagara.
En el Padma
Purāṇa se dice: Kapilo vāsudevākhyaḥ,
tattvaṁ sāṅkhyaṁ jagāda ha, braḥmādibhyaśca, devebhyo vedārthyai-rūpabṛṁ hitaṁ,
sarva-veda-viruddhañca kapilo ’nyo jagāda ha, sāṁkhyamā suraye ’nyasmai
kutarka-pari-bṛṁhitaṁ. “Kapila, que también se llamaba Vasudeva, instruyó a
los dioses, como Brahma y otros, sobre el principio del sankhyā rico con la esencia de los vedas. El otro Kapila instruyó
al sabio llamado Āsuri en el principio del sankhyā
que duda de todos los vedas[1].
El Ser Supremo es la única verdad no dual. Existe por
sí mismo como Su propio ser. El conocedor siempre está absorto en la
contemplación del Ser Supremo. El conocedor no conoce nada que no sea el Ser, y
solo considera al Ser. Tal conocedor del Ser es Brahma la Beatitud, y alcanza
la devoción suprema. Brahma-bhūtaḥ
prasannātmā, madbhaktiṁ labhate parāṁ
(Gītā 18,54). Esto se refiere a la
devoción decidida. Por lo tanto, en la Gita
el adjetivo decidido se utiliza para la devoción, y no dual para el
conocimiento. La esencia de la devoción decidida y el conocimiento no dual es
exactamente el mismo. En la devoción “otro” es negado, y en el conocimiento,
“dualismo” es negado. Ambos culminan en el Principio Perfecto. Solo hay una
diferencia superficial en lo que respecta a sentires. El devoto dice: “¡Oh, mi
Dios favorito! ¡Señor! Tú eres el omnipresente, no yo”.
Tū tū karatāṁ tū
bhayā, mujhameṁ rahī na hūṁ
prema prakaṭa
jaba hotā hai, rahata na pāvata āna,
tū tū hī raha jāta
phira, maiṁkā miṭata niśāna.
“Mientras yo ‘hacía’, ‘¡Tú, Tú! Yo no quedé”.
"Cuando el Amor se manifiesta, nada más se
muestra.
Tú, solo Tú, quedando, el signo de mi eliminación”.
El devoto funde el pequeño yo individual en el Señor
omnipresente. “Yo” se vuelve “tú”. Mientras el conocedor dice ahaṁ brahmāsmi, braḥmaivedaṁ sarvaṁ, “Yo soy Brahman”, “Todo esto es Brahman. No
hay nada más aparte de Mí”. De esta manera, el conocedor funde su propia Ser
puro, existencia-conciencia-dicha “yo” en “tú”, el Señor. No deja que exista un
Señor separado llamado “tú”.
Por ejemplo, supongamos que en un rincón de una casa,
hay noventa y nueve rupias, y en otro hay una rupia. Es necesario hacer un
paquete con cien rupias. Para hacerlo, puedes agregar la rupia a las otras
noventa y nueve, o las noventa y nueve a la una. Una vez que el paquete de cien
esta hecho, ya no pueden surgir discusiones. Añade una gota de agua al océano,
o, si es posible, añade el océano a la gota. En este caso, un ser individual es
como una rupia y el Ser Supremo Universal es como las noventa y nueve. Si
quieres que sean uno, puedes hacerlo como quieras. En última instancia, el ser
individual y el Ser Supremo se vuelven uno y el mismo; el conocedor se vuelve
devoto, y el devoto conocedor. Por lo tanto, en la Gita el Señor ha combinado el conocimiento y la devoción en su
corazón, e hizo al conocedor-devoto el más grande.
El devoto siempre está establecido solo en el
principio no dual. Abandonando los tres estados condicionales de vigilia, sueño
y sueño profundo, el devoto siempre permanece en ese dichoso y autoiluminado
estado turiya (cuarto). Este estado
puede ser experimentado directamente. No queda ni un ápice de duda. No hay
rastro de miedo, preocupación o tristeza. Es un estado impecable de visión
igualitaria. Se llama el estado brāhmi.
Eṣā brāḥmī sthitiḥ pārtha! Naināṁ prāpya
vimuhyati (Gītā 2,72). Por
alcanzar este estado, un ser humano es libre de todas las dualidades como el
obsesionamiento y el odio, el dolor y el placer. Este es el estado natural de
toda criatura. Pero debido a la torpeza, el ser humano no puede alcanzar este
estado natural. Hay un tesoro escondido en la casa, que el ser humano no
conoce; e incluso una vez que lo conoce, uno no trata de descubrirlo. Este
punto puede ser entendido con un ejemplo. Supongamos que tienen una casa de
cuatro pisos. La planta baja es muy oscura, caliente, llena de mosquitos y
chinches, y tiene un hedor insoportable. El siguiente piso es ligeramente
oscuro, un poco caliente, con algunos mosquitos y chinches, y ligero olor. El
tercer piso está libre de mosquitos y chinches pero sigue oscuro. El cuarto
piso es muy bonito. No es nada oscuro. Por el contrario, es tranquilo,
atractivo y muy luminoso. No hay ni un atisbo de calor, siempre es agradable y
fresco. No hay mosquitos, chinches y ni hedor. Una fresca, pura, suave brisa
llena de fragancia divina sopla en ese piso. Pero la entrada a dicho piso está
bloqueada. Hay un fuerte candado en la puerta. Nadie sabe por cuánto tiempo ha
estado bloqueado. El cuarto piso es tuyo, eres el dueño. Pero por tu torpeza no
lo sabes, e incluso sabiendo de él, no tienes la fuerza o la voluntad de
desbloquear la puerta, ocupar el lugar y experimentar la bienaventuranza
divina.
A veces ocupas el piso más bajo, experimentando muchas
dificultades. La oscuridad de los cuartos es muy problemática y el calor
intenso te hace sentir incómodo. Enjambres de mosquitos y chinches te pican sin
cesar y además se suma el hedor insoportable. Sin embargo, debido a la ilusión,
sientes que hay felicidad en esas aflicciones, y no tienes ganas de abandonar
el lugar. A veces vas al segundo piso y también sufres los problemas, como la
oscuridad leve. A veces subes al tercer piso. No está la molestia de los
mosquitos, pero hay una densa oscuridad. Allí pierdes la conciencia y duermes.
Te olvidas del mundo, y no sabes nada. De esta manera, vagas de un piso a otro,
entre los tres pisos del edificio. No tienes deseos de entrar en el cuarto
piso. Preguntas a las personas modernas, autoproclamadas inteligentes: “¿En qué
piso prefieren estar? ¿Dónde quieren quedarse?” Ellos responden: “¿Hay alguna
duda? Preferimos quedarnos en el de más arriba. ¿Quién querría renunciar a ese
hermoso lugar y vivir en un lugar repugnante? Vamos a romper el cerrojo por la
fuerza y a empezar a vivir continuamente en el cuarto piso, que es de lo más
cómodo. Nunca viviremos en los pisos inferiores”.
Este es solo un ejemplo para entender la doctrina. El
edificio de cuatro pisos es este cuerpo. Los cuatro estados, vigilia, sueño,
sueño profundo y turiya, son sus cuatro
pisos. El estado de vigilia existe en el cuerpo físico, el estado de sueño en
el cuerpo sutil, el estado de sueño profundo en el cuerpo causal y el cuarto
estado en el Ser Interior. El mundo denso de nombres y formas existe en el
estado de vigilia. Su testigo es el ser mundano - vishwatma, quien, debido a la ignorancia, se ha vuelto uno con el
cuerpo denso. Debido a la ilusión, el Ser mundano se identifica a sí mismo con
el cuerpo. Golpeándose el pecho, dice: “Eso soy yo. Soy hermano de fulano,
yerno de mengano. Mi nombre es fulano de tal. Mi pueblo es así y así. Yo soy
esta estatua de un metro setenta de alto. Su vida es mi vida. Su muerte es mi
muerte. Su forma, oscura o blanca, es mi forma. Su placer es mi placer y su
dolor es mi dolor”. De esta manera, la oscuridad de la ignorancia impregna el
estado de vigilia del cuerpo denso. Los tres tipos de aflicciones, que surgen
del sentido de la individualidad, la naturaleza, y las acciones, son el calor
insoportable, debido al cual el ser mundano a menudo grita: “¡Oh! Estoy
muerto”. Las emociones de deseos, ira, orgullo, celos, miedo y obsesionamiento
son los grandes mosquitos que viven en ese piso y lo atormentan incesantemente.
Las chinches son preocupaciones de varios tipos, debido a las cuales la persona
está medio muerta. Se dice, “Chitā,
la pira funeraria, quema los muertos, y chintā,
la preocupación, quema los vivos”. Cuando la hoguera de las preocupaciones
quema en el corazón, ni la mejor comida puede ser digerida ni puede hacer que
uno esté satisfecho.
Había un hombre que era físicamente muy débil. Sus
preocupaciones por la familia habían pasado factura a su cuerpo. Renunció al
mundo y se convirtió en un asceta sin preocupaciones. Cuando regresó a su país
nadie lo pudo reconocer, porque al vivir una vida de asceta sin ningún tipo de
preocupaciones, había aumentado mucho de peso. El punto es que las
preocupaciones son las chinches que chupan la sangre. La ilusión del falso
conocimiento, así como el ego y el apego, conforman el hedor pútrido.
Después de experimentar el estado de vigilia, el ser
individual, al dormir, entra en el estado de sueño. Allí también existe el
mundo de pares de opuestos. También existe la oscuridad, aflicciones,
mosquitos, chinches y el hedor en una forma sutil. Después de experimentar el
estado de sueño, el individuo entra en el estado de sueño profundo. Allí no es
consciente del mundo agobiado por la dualidad. Puesto que en ese estado no hay
un mundo agobiado por la dualidad ni una mente pensando, no experimenta el
dolor que surge de los pares de opuestos. Pero nunca experimenta algún otro
objeto, y después de despertar recuerda la experiencia del sueño profundo como sukha-mahama-svāpsaṁ, na-kiñcida vediṣaṁ,
“Dormí tan bien que no fui consciente de nada”.
El cuarto estado es el Ser encarnado. Su puerta
siempre está cerrada para los tontos ignorantes. En ella hay una cerradura en
la forma de un velo de ignorancia. Un fiel buscador de la liberación abre con
la llave de la sabiduría obtenida por la gracia del gurú y entra en el piso. En
este cuarto estado no hay dolor, pena, ni miedo de ningún tipo, solo hay gran
dicha, pura y eterna. Este estado se conoce como ṛtaṁbharī prajñālabhya brāḥmī sthiti. Es el estado permanente de
los grandes seres que están liberados en vida, en sus estados de vigilia,
ensueño y sueño. Todos pueden desear entrar en ese estado y estar en ese
piso. Pero sin la capacidad y la fuerza proporcionadas por las prácticas
espirituales, uno no puede ir o permanecer allí solo por desearlo. Con el
poder de las prácticas como el discernimiento, y con habilidades tales como la
pureza de corazón, se puede ir allí y quedarse. La persona que se aventura y se
queda allí es el venerado devoto conocedor. Siempre está establecido y mantiene
amor concentrado en el cuarto estado, que es de la forma del dichoso Ser
Supremo no dual. Por lo tanto, esa persona es llamada devoto decidido.
Hay una descripción del perfecto y dichoso cuarto
estado del devoto conocedor decidido en la Mandukya
Upaniṣad:
Adṛṣṭama-vyavahāryam-agrāhyam-alakṣaṇam-acintyamavyapadeś
yam-ekātma-pratyaya-sāraṁ
prapañco-paśamaṁ,
śāntaṁ
śivamadvaitaṁ caturthaṁ manyante, sa ātmā sa vijñeyaḥ (Māṇḍūkyopaniṣad
7).
Al ser indistinguible, el autoluminoso Ser consciente
es invisible. No es perceptible por los órganos de percepción, como los ojos. Solo
un objeto visible puede ser el sujeto de relaciones empíricas; ya que este no
es visible, no puede ser tratado empíricamente. Tampoco puede ser captado por
los órganos de la acción, por lo que está más allá de lo asequible. No es
inferible ya que no tiene signos tales como sexo. En otras palabras, a
diferencia de otros objetos perceptibles que son demostrables por inferencia,
no puede ser deducido. Por lo tanto no se lo puede pensar, es decir, no puede
ser objeto del pensamiento. No se puede utilizar un título o un nombre para Él,
lo que implica que no puede ser tema de conversación. Es la esencia del Ser
único. En todos los estados tales como vigilia, existe como el único sustrato.
Su validez está implícita en la esencia de ser, que es autoluminosa, la verdad
que ilumina todo. Es aquello en lo que el mundo se detiene, es decir, el mundo
triple del vidente, lo visto y el ver, y los pares de opuestos experimentados
en los diversos estados, como estar despierto, se acaban en ese Ser prístino.
Es paz, lo que significa que está libre de las manchas de deseo, los celos,
etc. Es Śiva, benevolente. Es auspicioso. Es no dual. Es el “cuarta”; quedando
en el cuerpo es el perfecto cuarto estado, diferente de los otros tres estados
como vigilia, etc. Así es como los devocionales eruditos consideran al cuarto:
es el Ser, es la propia naturaleza, es digno de conocimiento a través de las
escrituras y de los maestros.
Por eso Gaudapada, el gurú de Shankaracharya y
discípulo de Shukamuni, comenta de la siguiente manera la declaración de la upanishad:
Anyathā gṛḥṇataḥ
svapno, nidrā tattvam-ajānataḥ,
viparyāse tayoḥ
kṣīṇe, turīyaṁ padam-aśnute.
anādi-māyayā
supto yadā jīvaḥ prabudhyate,
ajama-nidrām-asvapnam-advaitaṁ
budhyate tadā.
prapañco yadi
vidyeta nivarteta na saṁśayaḥ,
māyāmātram-idaṁ
dvaita-madvaitaṁ paramārthataḥ (Māṇḍūkya Upaniṣad-Āgama Prakaraṇa Gauḍapāda
Kārikā 15-17).
El entendimiento incorrecto es llamado un sueño.
Cuando se comparan los estados de vigilia y sueño nos encontramos con que
representan dos tipos diferentes de entendimiento incorrecto. Es por ello que
ambos estados se llaman estados de sueño. Por otra parte, el desconocimiento
del Principio Supremo es conocido como sueño. Esta ignorancia es común a los
tres estados de vigilia, sueño y sueño profundo. El entendimiento incorrecto es
el efecto, cuya causa es la ignorancia. Cuando, a través del conocimiento del
Principio Supremo, los estados de entendimiento incorrecto (sueño) e ignorancia
(dormir) son aniquilados, uno alcanza el cuarto estado, que carece de
diversidad, pero está lleno de tranquilidad. Desde tiempos inmemoriales el
individuo está durmiendo bajo la influencia de una profunda ilusión, con una
miríada de sueños del mundo fenoménico. Cuando el individuo es despertado por
un compasivo gurú y alcanza el conocimiento del Principio Supremo, ese
individuo experimenta directamente su propia perfecta naturaleza no dual, sin
nacimiento, sin dormir y sin sueños. La dualidad del mundo fenoménico, que es
experimentada, es imaginaria y no existe. Incluso si existiera, sin duda tendría
que llegar a su fin. Dado que toda esta dualidad es solo māyā, ¿cómo puede existir? ¿Qué hay que aniquilar? ¿Cómo puede ser
aniquilada una serpiente inexistente sobreimpuesta a una cuerda? Como verdad
suprema, solo existe la realidad no dual, que está más allá de las
contradicciones inherentes a la ilusoria dualidad sobreimpuesta del mundo
fenoménico.
El Señor dice: “Tal devoto conocedor Me ama
exclusivamente”. Esto se debe a que el conocedor se refiere al Señor como su
propio Ser. Si el Señor fuera diferente del Ser, entonces el amor no podría ser
exclusivo (ya que todas las personas primero se aman a sí mismos). Por lo
tanto, el conocimiento de un devoto dedicado es de no diferencia, sabe que el
Señor y el Ser son lo mismo. El conocimiento de la diferencia es una especie de
ignorancia o conocimiento ilusorio; solo el conocimiento de la no diferencia es
el conocimiento correcto. Es por eso que la gente con experiencia dice:
Deho devālayaḥ
proktaḥ, sa jīvaḥ kevalaḥ śivaḥ,
tyajed -ajñāna
-nirmālyaṁ, so ’haṁ-bhāvena pūjayet.
Abheda-darśanaṁ
jñānaṁ dhyānaṁ nirviṣayaṁ manaḥ,
snānaṁ manomala-tyāgaḥ
śaucam-indriya-saṁyamaḥ.
“Este cuerpo es llamado templo. El individuo realmente
es Shiva. Desecha la marchita oferta de ignorancia. Adora a Shiva con el sentimiento
de ‘Yo soy Eso’. Conocimiento es discernir no diferencia. Meditación es limpiar
la mente de pensamientos. Bañarse es quitar la suciedad del obsesionamiento,
celos y otras emociones. Pureza es controlar los sentidos”.
Este tipo de devoto conocedor es el favorito del
Señor. El amor mutuo entre este tipo de devoto y el Señor es muy intenso, puro,
sin deseos, indivisible, natural, y no tiene ni un ápice de simulación. Ese
amor no puede ser comprendido por otra persona, ni aún explicado. Es cierto que
hṛdayaṁ tveva jānāti prītiyogaṁ
parasparaṁ, “Solo el corazón conoce la unión del amor”. Las palabras son
inadecuadas para describir este amor. El devoto se sumerge en el océano de amor
por el Señor, y el Señor se sumerge en el océano de amor por el devoto. Los dos
se encuentran y se vuelven uno, indivisible.
De este modo, desde las profundidades del corazón de
Mira, que estaba intoxicado con el néctar del amor divino de la unidad, surgió
la afirmación Mere to giridhara gopāl
dūsaro na koi re, “Solo Giridhar Gopal es mío y nadie más”. Estas palabras
establecen la unidad del devoto y el Señor. En esta expresión pura, el
sentimiento de no dualidad se expresa como “Nadie más queda, ni tú, ni yo, ni
este mundo; solo queda el oscuro y hermoso Giridhar Gopal”. También muestra que
la devoción intensa culmina en la unidad. El amor intenso no puede soportar la
dualidad. Por esta razón se dice con respecto a la gopis, que eran decididas devotas, amantes del Señor:
Śrīkṛṣṇa! Kṛṣṇeti
girā vadantyaḥ, śrīkṛṣṇa-pādāmbuja-lagna-mānasāḥ,
śrīkṛṣṇa-rūpāstu
babhūvuraṅganāḥ,citraṁ na peśas-kṛtametya kīṭavat.
“¡Oh Shrikrishna! ¡Krishna!”. Las obsesionadas gopis atraían a Shrikrishna, y mediante
la conexión de sus mentes con los pies de loto de Shrikrishna, se olvidaban de
sí mismas y se fusionaban en Shrikrishna, y ellas mismas se volvían
Shrikrishna. ¿Por qué habría de ser sorprendente? Un gusano totalmente absorto
en pensar en una avispa se vuelve una avispa. Esto es muy conocido.
Sunake śabda
kīṭa bhṛṅgīke, saba tana manakī sudha bisarāve,
dekhahuṅ
dhyānakī mahimā, soi kīṭa bhṛṅgī hoi jāve.
“Escuchando los sonidos de una avispa, ¡el gusano
pierde conocimiento de su cuerpo y mente! Comprendí la mayor de las
meditaciones, el mismo gusano se vuelve avispa”.
De esta manera, un devoto lleno de amor por el Señor y
el Señor lleno de amor por el devoto se vuelven uno. No se separan ni un solo
instante. Una vez que el sentimiento del Señor entra en el devoto, el
sentimiento de individualidad y diferencia ya no puede entrar más.
Entre los nueve tipos de devoción, el último es ātmanivedana, u ofrecer el Ser. De la
poderosa devoción, el devoto ofrece su propio Ser al Señor y se vuelve uno con
el Señor. El Señor manifiesta su Principio Divino en el corazón del devoto,
haciendo que el devoto se funda con Él mismo. En las últimas etapas del gran
sentimiento de ofrecer el Ser, todas las diferencias desaparecen y se establece
la unidad perfecta. Comprende la esencia de esto: la Unidad estaba allí desde
el principio. Pero debido a obstáculos tales como la ignorancia, no apareció.
Ahora, debido a la devoción suprema llena de conocimiento, los obstáculos son
eliminados y la unidad aparece con brillo deslumbrante. En este caso, la vida
de Shri Radhaji se erige como ejemplo. Shri Radha tenía el gran sentimiento de
amor perfecto por el oscuro y hermoso Señor. Por la profunda contemplación de
amor por el Señor, era totalmente una con el Señor. A pesar de que, en
realidad, no hay dualidad entre el devoto y el Señor, “por amor a la devoción,
el supuesto sentimiento de dualidad es considerado como bello”, como en el
siguiente:
Bhaktyarthaṁ
kalpitaṁ dvaitaṁ advaitādapi sundaraṁ,
El poeta enamorado ha descrito aquí la exquisita
unidad de Radha y Krishna, e imaginó el sentimiento de dualidad de manera expresiva
por amor a la devoción:
Anyo ’nya
citta-viduṣau nu parasparātma-
nityasthiteriti
nṛṣu prathitau yadāvāṁ,
taccaupacārikamaho
dvitayatva-meva,
naikasya
sambhavati karhi-cidātmano nau.
Ekātmanīha
rasa-pūrṇa-tame ’tyagādhe,
ekāsu-saṅgrathita-meva
tanu-dvayaṁ nau,
kasmiṁ-ścideka-sarasīva
cakāsadeka-
nālottha-mabjayugalaṁ
khalu nīlapītaṁ.
El Señor Shyamsundar (oscuro y hermoso) dice a Radha:
“Con nuestras dos mentes llenas de amor, los dos sabemos que es falso el rumor
de que, debido al poderoso amor, nosotros dos vivimos en el otro. No es cierto,
porque el Ser de los dos es uno y el mismo. ¿Cómo puede un Ser volverse dos?
Por lo tanto, sin llegar a ser dos, ¿cómo es posible vivir mutuamente en el
otro? ¡Sí! De nosotros, podemos decir que al igual que en un lago, dos flores
de loto, una azul y otra amarilla, florecen de un mismo tallo mezcladas entre
sí, nuestros dos cuerpos, uno azul y el otro amarillo, fusionados en la misma
fuerza vital, parecen estar mezclados el uno con el otro”.
Estas palabras del Señor Shyamsundar fortalecieron aún
más el sentimiento de unidad de Radha con el Señor. Una vez, para ponerla a
prueba, el Señor Shrikrishna se acercó Radha disfrazado de belleza celestial y
dijo:
—He oído que tienes el sentimiento de unidad con
Shrikrishna. ¿Es eso cierto? Si es verdad, con que solo lo recuerdes debe
manifestar aquí mismo a tu amado Shrikrishna, que no es diferente de ti. Si
puedes hacer esto, solo entonces creeré en tu sentimiento de ser uno con él.
Radha aceptó el desafío y dijo:
—Si mi sentimiento de ser uno con Él es cierto,
entonces mi más querido Shrikrishna debe aparecer aquí inmediatamente.
Tan pronto como hubo dicho esto, el propio Señor
Shrikrishna apareció en el acto. Entonces Radha vio al amado Krishna dentro y
fuera y se absorbió en la dicha. El poeta mencionado dice:
Romāñcitākhila-tanur-galada-śrusiktā,
dhyānāgataṁ tamava-budhya bahir-vilokya,
ānanda-līna-hṛdayā khalu satyameva,
yoginya-rājata nirañjana-dṛṣṭi-reṣā.
Cuando su amadísimo Krishna apareció en su corazón a
través de la meditación, mientras que también lo veía frente a ella, el vello
del cuerpo de Radha se erizó. Su cuerpo estaba empapado en arroyos de lágrimas.
Su corazón se fusionó con la dicha de ver a la persona amada. Por supuesto,
ella pasó la prueba de la unidad y alcanzó la visión inmaculada de una yogini. Aquí, la visión inmaculada tiene
dos lecturas: uno de los significados es el colirio que se aplica a los ojos, y
el otro es la oscuridad de la ignorancia en el corazón. Los ríos de lágrimas
lavaron el colirio que Radha había aplicado en sus ojos, y con ello, la visión
del Señor Shrikrishna como su propio Ser eliminó la oscuridad de la ignorancia,
así la visión de su corazón se volvió inmaculada. Esto significa que a través
de esa visión, la ignorancia y su efecto, el mundo agobiado por la dualidad,
fueron totalmente eliminados, y ella experimentó a Shrikrishna, el Ser, como el
sustrato de todo. Esto confirmó el estado de yogini de Shri Radha.
En Garga Saṁhitā,
las obras del sabio Garga, otra biografía de Shri Radha también respalda el
hecho de su unión no dual con el Señor y su sentimiento de unidad en el Ser.
Una vez, el Señor Shyamsundar fue a Siddhashram acompañado de Rukmini y sus
otras reinas. Shri Radha estaba adorando al Señor Shrikrishna con el corazón
sumergido en el amor. Por la noche, Sus reinas se dieron cuenta de que había
ampollas en los pies del Señor. Cuando le preguntaron cómo sucedió eso, el
Señor dijo: “Ustedes hicieron que Shri Radha beba leche hirviendo. Es por eso
que mis pies se quemaron, ya que mis pies siempre residen en su corazón”. Como
en la siguiente:
Śrī radhikāyā
hṛdayāravinde, pādāravindaṁ hi virājayate me,
aharniśaṁ
praśraya-pāśa-baddhaṁ, lavārddhaṁ na calatya-tīva.
Adyoṣṇa-dugdha-pratipānato
’ṅghrā-vucchālakāste mama procchalanti,
mandoṣṇa-mevaṁ
hi na dattamasyai, yuṣmābhi-ruṣṇaṁ tu payaḥ pradattaṁ (Dwārakā Khaṇḍa
17,35,36).
“Mis pies, atados a las cadenas del amor profundo,
incesante, de día y de noche, residen en el loto del corazón de Shri Radha, sin
moverse ni un momento. Ustedes no le dieron leche caliente, sino hirviendo. La
leche caliente que ella bebió quemó mis pies”.
De ninguna manera este episodio implica que los pies
de loto del Señor, separados de su cuerpo, entraron en el corazón de Shri
Radha, perdiendo Él sus pies. La moraleja de toda historia es apoyar una
doctrina. En este caso, la doctrina de la toda escritura es la no diferente
unión y sentimiento de unidad del Ser. La esencia del episodio es ilustrar esta
doctrina. El corazón lleno de amor profundo por el Deseado queda sumergido tan
incesante y naturalmente que no hay sentimiento de diferencia de ningún tipo.
Se establece en la unidad total con el más Deseado. No hay ni siquiera una
muestra de separación de los devotos del Señor, y del Señor de los devotos. Por
lo tanto, en los aforismos sobre la devoción de Narada, los Nārada Bhakti-sūtras, se determina:
Tasmin tajjane
ca bhedābhāvāt,
“En última instancia hay una ausencia de diferencias
en el Señor y Su devoto. Ambos se vuelven uno”.
Los santos devotos también apoyan esta doctrina:
Jaba maiṅ thā
taba hari nahīṅ, aba hari haiṅ, maiṅ nāhīṅ,
prema galī
atisāṅkarī, jāmeṅ do na samahiṅ.
Braḥma nahī māyā
nahī, nahī jīva, nahī kāla,
apanī hū sudhi
nā rahī, rahyo eka-naṅda-lāla.
“Cuando yo era, Hari no era. Ahora Hari es, yo no soy.
El carril del amor es muy estrecho. En él no entran dos. Brahman no es, ni māyā, ni individuo, ni el tiempo. Al no
tener conciencia de sí mismo, solo queda Nanda-Lal”.
De esta manera, el profundo amor recíproco entre el
devoto y el Señor también culmina solo en la unidad del Ser.
Hari Om Tat Sat.
[1]
Los dos Kapilas dan diferentes interpretaciones del sankhyā, uno apoyando a los vedas, el
otro dudando de ellos.
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